En esta ocasión te platico de un saltillense por nacimiento, quien vio la luz por primera vez en el Hotel “San Esteban”, me refiero a Fernando Díaz Pavia, mejor conocido como Fernando Soler.
Según el acta de nacimiento emitida por el juez 4º. Ladislao Farias, Fernando Díaz Pavia nació a las 7 de la noche del día 24 de mayo de 1895, hijo natural de Domingo Díaz García y de Irene Pavia Soler, ambos artistas, ambos originarios de España, él de Galicia y ella de Valencia, quienes al momento del alumbramiento de Fernando no estaban casados, según la misma acta.
La pareja Díaz Pavia había llegado ese mismo año a México, siendo integrantes de una compañía teatral cuyo propietario era Leopoldo Burón. Al estar en Saltillo, los trabajos de parto iniciaron, como que Fernando no quería perderse la oportunidad de nacer en esta hermosa ciudad.
Fernando fue el mayor de 8 hermanos, 3 hombres, entre ellos el también saltillense Andrés, y 4 mujeres, quienes la mayoría se dedicaron a la actuación, logrando formar la “Dinastía Soler”.
Durante sus primeros años de vida tuvo constantes viajes al interior de México. Para principios del Siglo XX, debido a la inestabilidad que se vivía en nuestro país, la familia Diaz Pavia se trasladó a los Estados Unidos, donde continuaron trabajando de actores, lugar en el cual formaron el Cuarteto Infantil Soler, decidiendo tomar, en ese momento, el apellido materno de la madre como apellido artístico.
En el año de 1915, junto a su hermana Irene, tuvo su primer acercamiento con el cine, llamado el séptimo arte, nada más y nada menos que en Hollywood, con la película “The Spanish jade”. Pasaron 10 años para que volviera a actuar en una película, siendo esta “La verdad de la vida”. En 1923 fundó su propia compañía teatral en Cuba, con dicha empresa tuvo la oportunidad de realizar giras artísticas tanto en México como España y Sudamérica.
Pero no crea estimada y estimado Saltillense que Fernando Soler sólo era bueno para participar en el teatro y el cine, pues también era un luchador por los derechos de los actores, logrando con sus hermanos Andrés, Domingo y Julián fundar la Asociación Nacional de Actores, la ANDA, siendo el primer secretario general de dicha organización sindical.
El Saltillense Fernando Soler participó en más de 100 películas, la mayoría de ellas pertenecientes a la llamada “época de oro del cine mexicano”, entre ellas “Chucho el roto”, aunque de manera muy personal creo que su participación que más recordamos no únicamente en Saltillo sino en México entero, es junto a Pedro Infante en la película “La oveja negra”, en la cual personifica a Cruz Treviño Martínez de la Garza, fingiendo ser un narcisista y borracho incurable, casado con “Vivianita, Vivianita”.
Aquí en nuestra hermosa ciudad de Saltillo, lo honramos al llamar con su nombre al teatro de la ciudad.
Esta es la historia de un Saltillense por nacimiento, quien nació en el Hotel San Esteban, cuya familia era migrante y él al igual que sus hermanos se dedicó a la artisteada, tanto en el teatro como en el cine, quien además fue empresario teatral, guionista y director de cine, que por supuesto vale la pena presumir.
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