Rosita García Noriega… hay personas que no se olvidan. De Rosita García Noriega tengo dos recuerdos: sus gatos y su apoyo para realizar mi trabajo final de investigación y titularme como Licenciado en Historia.
El trabajo ahí queda en una monografía de Linares. Eso ocurrió en 1980/84, en este último año se formó la Fundación Cultural «Rosita García Noriega», y don Edilberto de la Garza escribió de ella… Rosita García Noriega, la dama olvidada, y dice: «Su recuerdo debe ser como una sombra que se pega a la conciencia de la gente -como madreselva a un muro- de la que estuvo cerca de su filantropía, de su sencillez, de su humildad; allá donde vivía en la penumbra solitaria de su casa».
Sin embargo, quizá por su malhadado descuido de comunicación para informar a la comunidad del aniversario de su fallecimiento y de celebración de una misa de responso en Catedral, el templo lucía vacío de feligreses.
¡Qué extraña y triste coincidencia!
Soledad física acompañó su vida, y ese jueves soledad en torno a su recuerdo.
Sin duda Linares tiene una deuda con sus mujeres destacadas, entre ellas María Valdés, generadora de rondas infantiles, y Rosita García Noriega, dama bondadosa cuya obra debe quedar inscrita en la memoria colectiva de Linares.