Sin confianza en uno mismo, es difícil tomar decisiones valientes y arriesgadas que son necesarias para crear y mantener un negocio exitoso.
Hace algunos días platicábamos sobre el concepto de changarros, que en México es utilizado para referirse a un puesto o un negocio ya sea ambulante o bien establecido. Esta palabra se hizo más popular durante el sexenio del expresidente Vicente Fox, pues su gobierno pretendía reducir el número de trabajos informales a través de apoyos y capacitaciones para el microempresario.
En mi experiencia como consultora de marketing y comunicación, me ha tocado convivir y trabajar con dueños de Pequeñas y Medianas Empresas, y de este grupo en su mayoría se refieren a sus negocios como changarros y a ellos mismos como comerciantes. Son muy pocos los que ser autodefinen como empresarios.
La definición más común de la palabra empresario dice que es toda aquella persona que toma decisiones todos los días, está pendiente de las innovaciones de la industria donde se encuentra, que monitorea a su competencia, genera empleos y por supuesto cumple con sus obligaciones ante el SAT. (Secretaria de Administración Tributaria).
Entonces si las palabras son tan poderosas y son cómo órdenes para el cerebro, ¿por qué a muchos les cuesta trabajo creer que son empresarios y que su negocio realmente ofrece un valor agregado al mercado?
Recuerdo un cliente que en nuestra primera reunión me platicaba, que ellos tenían más de 10 años con su negocio, y que los clientes les llegaron por recomendaciones, y que hasta que se dieron de alta en Hacienda fue cuando decidieron ponerle un nombre a su empresa, y aunque ahora tienen más de 20 empleados, no se consideran empresarios, sino comerciantes.
Ser un empresario requiere coraje, determinación y pasión. Creer en uno mismo es esencial para el éxito en cualquier ámbito de la vida, especialmente en el mundo empresarial. Y es que sin confianza en uno mismo, es difícil tomar decisiones valientes y arriesgadas que son necesarias para crear y mantener un negocio exitoso.
Pero además de creérsela también es importante construir relaciones sólidas con clientes, proveedores y empleados. El empresario que refiero en los párrafos anteriores, me comentaba que una vez que empezaron a generar empleos, su mayor temor era que el negocio no diera para pagarles, pero que afortunadamente siempre lo han hecho y buscan motivarlos y tenerlos contentos para que estén a gusto.
Todo empresario en algún momento fue un emprendedor. Me encanta la frase de Elsa Punset, escritora y conferencista de habla hispana, que dice: «una actitud positiva y confiada puede ser tan atractiva para los demás, que no tendrían duda de lo que eres capaz de lograr».
Y como dice la frase de la película de KunFu Panda, «para preparar algo especial, sólo hay que creer que es especial». Así que si estás considerando convertirte en empresario, recuerda que la clave para el éxito es creer en ti mismo y estar dispuesto a tomar riesgos y aprender todo lo necesario dentro de tu industria.
Todos los comentarios son bienvenidos a valencia@vaes.com.mx, nos leemos la próxima vez.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autora, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.
Verónica Valencia
VERÓNICA VALENCIA GÓMEZ es periodista especializada en Tecnologías de la Información, cuenta con una maestría en marketing digital. Es consultora de comunicación y mercadotecnia en Vaes Comunicación. Ha trabajado en periódicos como Grupo Reforma, Milenio y El Mañana de Reynosa.