En esta ocasión te platico de un acontecimiento nacional que sucedió en nuestra hermosa ciudad de Saltillo el día 26 de febrero del ya lejano año de 1864.
Toda esta historia que te platico inició el 19 de febrero de 1856, cuando el Gobernador de Nuevo León, quien se llamaba Santiago Vidaurri, anexó Coahuila a Nuevo León para formar un solo estado, que tenía por nombre Nuevo León y Coahuila. Ante este hecho de prepotencia, los saltillenses y los habitantes del Valle de San Nicolás de la Capellanía, hoy Ramos Arizpe, fueron los únicos en protestar. Pasaron años en los que incluso hubo un conflicto armado —la Guerra de la Reforma— en la cual Vidaurri fue aliado del Presidente Benito Juárez, pero en plena intervención francesa la situación cambió, tanto en la relación entre el Gobernador y el Presidente, como para el Estado de Coahuila.
El presidente Juárez llegó a nuestra hermosa ciudad de Saltillo el 9 de enero de 1864. Tenía la intención de pedirle el apoyo militar y económico a Santiago Vidaurri. Por ello partió hacia Monterrey el día 11 de febrero. Al llegar a Santa Catarina, decidió dormir ahí, a dónde Vidaurri le envió una carta en la cual le aseguraba que sería recibido con todos los honores. Juárez no le creyó, es más, le escribió una carta a su esposa Margarita, quien estaba en Saltillo, y le dijo de manera textual: “Veremos ahora con qué otro pito sale este señor”. Vidaurri ya había traicionado a la patria, a México y a Juárez, dando su apoyo para Maximiliano y los franceses.
El presidente Juárez, después de hacer antesala y una larga espera, pudo por fin reunirse con Vidaurri el 12 de febrero en Monterrey. El entonces gobernador de Nuevo León y Coahuila llegó acompañado de una muchedumbre, las narraciones señalan que fue una entrevista fría, ríspida, en la cual Vidaurri le aseguró a Juárez que nunca lo apoyaría, ni con dinero, ni con armas, ni con soldados, ni con lo recaudado por la aduana de Piedras Negras. Incluso el hijo de Vidaurri, quien se llamaba Indalecio, sacó su pistola, momento en el cual Juárez y su gabinete abandonaron la reunión, subieron a sus carruajes, y partieron rumbo a Saltillo, mientras los seguidores de Vidaurri les disparaban y perseguian.
Pasaron 12 días. Estando el presidente en Saltillo, un grupo de Saltillenses le pidieron una reunión. Juárez estaba en junta con su gabinete en la casa de la familia Arizpe, la misma que había sido construida por Santos Rojos, fundador de la Villa de Santiago del Saltillo, construcción que hoy alberga al restaurante “Villa de Santiago del Saltillo”, precisamente frente a la Plaza de Armas, lugar donde fue la reunión entre los Saltillenses y el presidente de México. El entonces ministro de relaciones exteriores, Francisco Zarco, de pie sobre una silla, dio un discurso muy emotivo. Los Saltillenses vitoreaban al presidente Juárez, a quien le pidieron le fuera devuelta la soberanía a Coahuila, para volver a ser un estado libre.
Y fue así como, el 26 de febrero de 1864, en nuestra hermosa ciudad de Saltillo, el presidente Benito Juárez expidió un decreto mediante el cual el Estado de Coahuila reasume su carácter de estado libre y soberano convirtiendo a Coahuila en el único Estado Libre, Soberano e Independiente de todo México.
Las cosas para Vidaurri terminaron mal. El 5 de marzo de 1864, el presidente Juárez lo declaró traidor, y en septiembre de ese mismo año apoyó de manera abierta tanto a los invasores franceses como a Maximiliano, encontrando la muerte cuando estaba escondido en la Ciudad de México, siendo «ejecutado sin un juicio como traidor a la Patria y a la nación mexicana» el 8 de julio de 1867.
Esta es la historia de cuando a Coahuila le devolvieron su soberanía en la Plaza de Armas de nuestra hermosa ciudad de Saltillo. Y Vidaurri siempre cayó muy muy mal.
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