El nombre va más allá y tiene que ir asociado a los valores, la misión y visión que el negocio quiere ofrecer.
El reto de todo negocio es lograr que los consumidores adquieran sus productos y servicios y por supuesto que lo recuerde todo el tiempo.
Y es que la reputación de una marca es muy importante porque forma parte de la confianza del consumidor, la lealtad del cliente y la diferenciación en un mercado competitivo; además puede ser una buena herramienta contra crisis mediáticas.
Entonces cuando nos aventuramos a tener un negocio es muy importante que definamos el nombre. En mercadotecnia hay una herramienta que se conoce como branding y se refiere a la estrategia de crear una identidad y personalidad para una empresa que conecte con su audiencia.
Pero no sólo se trata de crear o diseñar un logotipo con su respectiva paleta de colores; el nombre va más allá y tiene que ir asociado a los valores, la misión y visión que el negocio quiere ofrecer, pues todo eso influirá en la conexión emocional que el cliente tenga con la marca.
En Vaes Comunicación con frecuencia nos preguntan los emprendedores ¿qué me conviene más mi marca personal o un nombre comercial?
Y la respuesta es todo depende de las metas y objetivos que tengan para su negocio. Una marca de empresa proporciona credibilidad y autenticidad, mientras que una marca personal puede ayudarles a destacar entre sus competidores.
También depende mucho del giro o la industria a la que pertenezca el negocio, por ejemplo los creativos se inclinan más por el desarrollo de la marca personal, pues ésta genera una conexión directa con los clientes y la experiencia que ya tenga el individuo generará una buena reputación.
Por otra parte, un nombre comercial es ideal puede ser más adecuado para empresas que buscan proyectar una imagen profesional y establecer una identidad separada de sus fundadores y puede crecer y diversificarse sin depender exclusivamente de la reputación de una persona.
Por ejemplo si Lalo Hernández ofrece servicios de reparación de puertas y ventanas, pero luego suma una carpintería, difícilmente logrará una conexión con los clientes pues no quedará claro que tanta experiencia tiene en uno u otro, porque todo está ligado a él como individuo, pero si él tiene un nombre comercial, por ejemplo Soluciones para el hogar, podrá ofrecer productos y servicios relacionados con el hogar.
En conclusión, la decisión entre marca personal y nombre comercial en el diseño de la identidad corporativa se basa en comprender la naturaleza de su negocio, sus objetivos a largo plazo y su audiencia objetivo. Si la empresa se basa en la experiencia y la reputación personal del fundador, una marca personal puede ser la opción más adecuada. Sin embargo, si el objetivo es construir una empresa que trascienda a las personas individuales y pueda crecer de manera escalable, un nombre comercial puede ser la mejor opción.
Sin embargo, en cualquiera de los dos casos el diseño de la marca debe ser auténtico, coherente y memorable. Es el cimiento sobre el cual se construye toda la estrategia de marketing y la reputación de la empresa.
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Nos leemos, la próxima vez. Hasta entonces.
VERÓNICA VALENCIA GÓMEZ es divulgadora y consultora de comunicación y mercadotecnia en Vaes Comunicación. Es periodista especializada en Tecnologías de la Información, cuenta con una maestría en marketing digital y certificación como instructora capacitadora on line y offline.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autora, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx
Verónica Valencia
VERÓNICA VALENCIA GÓMEZ es periodista especializada en Tecnologías de la Información, cuenta con una maestría en marketing digital. Es consultora de comunicación y mercadotecnia en Vaes Comunicación. Ha trabajado en periódicos como Grupo Reforma, Milenio y El Mañana de Reynosa.