Como anillo al dedo

En caso de que las cosas no salgan tan bien como lo espera, o como lo señala en su Plan México, Claudia Sheinbaum ya tiene a quién culpar de ello, a Trump y su imperio yanqui.

La presidenta Claudia Sheinbaum durante su festejo/informe de los primeros 100 días de gobierno, subrayó que su administración dará continuidad a los postulados de la 4T propuestos por AMLO, incluso dijo que no debería nadie sorprenderse por ello ya que durante su campaña presidencial así lo había prometido.

De ser así las cosas, no debería sorprendernos tampoco que la llegada de Donald Trump sea para Sheinbaum lo que el Covid-19 fue para su tutor, a quien considera el mejor presidente que ha tenido el país. Trump pues, sería el anillo para su dedo.

Recordemos que la expresión fue utilizada por AMLO como justificación del bajo crecimiento económico del país durante su sexenio, menor a 1 por ciento anual, lo cual estuvo muy por debajo del que se presentó durante el periodo neoliberal, tan denostado.

Y le cayó la pandemia como anillo al dedo porque gracias a ella el pasado gobierno no tuvo que dar resultados y se envolvió en la crisis sanitaria que devino económica a nivel mundial para asegurar una y otra vez que a ello se debía el bajo crecimiento y no a ineficiencia alguna.

Para estar a tono con la continuidad, Donald Trump puede ser el equivalente a la pandemia, ya que sus amenazas de imponer aranceles y de atacar en nuestro territorio a los cárteles de las drogas, además de revisar y, en su caso abandonar el T-MEC, pueden convertirse en el pretexto ideal para el bajo crecimiento económico que muchos advierten.

Serviría como excusa para enmascarar el hecho de que tomar cierto tipo de decisiones puede ahuyentar o por lo menos hacer menores las inversiones, como por ejemplo generar incertidumbre jurídica con el cambio en ámbito Poder Judicial o el cúmulo de cambios constitucionales que desaparecieron aquellos organismos autónomos que permitían por lo menos que el gobierno tuviera que rendir cuentas cuando se le solicitaba.

Para fortuna de la presidenta aparece Trump en el camino, será, o por lo menos puede ser, el “extraño enemigo” que permita llamar a la unidad nacional ante los avances de un poder extranjero que desea someternos, tal y como ya ha dado indicios de ello en sus más recientes discursos.

En caso de que efectivamente se presente un bajo crecimiento económico y que las cosas no salgan tan bien como lo espera la presidenta, o como lo señala en su Plan México, ya tenemos a quién culpar de ello y seguramente muchos mexicanos comprarán la narrativa de que efectivamente es culpa de Trump y del imperio yanqui lo que aquí suceda.

Espero estar equivocado, no me gustaría seguir los pasos de Venezuela, quiero que le vaya bien al país, pero me parece que por el momento estamos dirigiéndonos hacia el lado equivocado del camino.

Hago votos para que, como señalan algunos analistas, lo de Trump sea más una retórica dirigida a sus seguidores del MAGA que una forma de gobernar. Si no es así, pues seguramente nuestro futuro será, si no negro, por lo menos de un gris tirándole a nebuloso. 

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