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Popochas analiza al Peje

Estoy en la sala de la casa del maestro Popochas, exilado por voluntad propia desde la victoria electoral de AMLO.

El frío es intenso al poniente de Torreón. Los 6 gatos del Avatar duermen juntos, bajo un sarape de Saltillo.

Son las 6 am, mientras en Anahola, pueblo ubicado a la sombra de la montaña de Kalalea en Hawai, lugar donde reside el Venerable, son las 7 am del día siguiente. 

El Maestro llega ahí, por recomendación del Dalai Lama, quien visitó ese lugar en 1994 para declararlo tierra sagrada y “portal donde las almas entran a la tierra”.

Aparece el Iniciado en la pantalla de su computadora IMac de 27 pulgadas: viste su barba y pelo canosos, su mirada plácida y una túnica blanca.

Popochas: ¡Hijo mío, te abrazo!

Yo: ¡Yo también, queridísimo maestro!

Popochas: ¿Estás angustiado ante la incertidumbre generada por AMLO?

Yo: ¿Se me nota?

Popochas: Lamento ver en tu rostro, como te dije en 2018, que AMLO concentraría el poder en su persona y lo ejercería de manera autoritaria para instaurar su 4aT.

Yo: Sí.

Popochas: También me preocupa leer confusión en tu mirada, ante una demolición errática del pasado sin futuro por construir.

Yo: Pues sí, Avatar. Bajo el grito de “todos son neoliberales corruptos y conservadores”, AMLO ha destruido instituciones en lugar de fortalecerlas.

Popochas: Siento tu aura con baja energía, porque no encuentras pies o cabeza a la 4aT.

Yo: Cierto. No hay claridad estratégica respecto al rumbo a seguir. Ni capacidad para comunicarla al País entero -no sólo a los seguidores de AMLO que retuercen su esperanza largamente postergada -con mezcla de ilusión y resentimiento respecto a nosotros los Fifís.

Popochas: Ese desmadre explica la falta de inversión nacional y extranjera que acentuará el bajo crecimiento económico y traerá menos empleos al País.

Yo: Sin duda. Y eso ocurre, bajo el manto sangriento de la violencia criminal que cogobierna distintas regiones del País y asedia a Coahuila cada día.

El Maestro Popochas desaparece de la pantalla; y yo, de golpe, me siento solo, vulnerable y abandonado.

Este texto es responsabilidad única, exclusiva y total del autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx

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