«Sin crecimiento no hay nada qué ofrecerles a los 50 millones de pobres», afirmó el pasado 29 de enero el flamante Coordinador del Gabinete para el Fomento de Inversiones y el Crecimiento Económico, el empresario regiomontano Alfonso Romo.
Ese día, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la creación de un Gabinete para que «siga creciendo la inversión extranjera y la creación de empleos en el País”.
Para desgracia de Romo, en muy pocos días la confianza que pudo inspirar la creación de su Gabinete para dar la tan ansiada certidumbre a los dueños del capital fue tirada al cesto de la basura, por decir lo menos, por el propio López Obrador.
Tras un fin de semana largo, que al parecer se le hizo eterno a nuestro líder al no tener los reflectores a su disposición, llegó el miércoles 5 de febrero con una idea innovadora: Hay que echar abajo lo que hicieron los neoliberales y está funcionando bien… «los fines de semana largos».
«Es muy lamentable que en los últimos tiempos se haya dejado en el olvido estas fechas cívicas, históricas. Los niños de las escuelas, hasta de secundaria, hablan de los puente (sic), pero no del porqué no asisten a la escuela un viernes, un lunes, como acaba de suceder», lanzó López Obrador ese histórico 5 de febrero, que ahora será mas recordado como el día que el autoritarismo dio su primer zarpazo de frente al “pueblo bueno”.
Lo que al principio pareció una más de las ocurrencias de nuestro líder, todo apunta a que será ley: La única manera de recuperar nuestra conciencia histórica es que se descansen los días que se celebra.
Ya muchos han opinado al respecto. En lo personal creo que si se descansa un día u otro la gente va a tener la misma conciencia del porqué es el asueto, casi nada.
Tenemos por desgracia para la historia otras preocupaciones más inmediatas que atender, como el que nuestra economía no se vaya al rancho tabasqueño de nuestro líder.
Y si lo que se quiere es enseñar a las nuevas generaciones la importancia de la historia, creo –sin ser experto– que lo mejor sería aprovechar la escuela para educarlos.
Qué tiene que ver Romo con todo este asunto, se preguntarán, pues que el Secretario de Turismo, promotor de los fines de semana largos cuando estaba del otro lado del escritorio y tenía ideas propias, Miguel Torruco Marqués, desnudó la triste realidad al enviar el siguiente tuit la noche de ayer lunes.
«Esta mañana me reuní con Alfonso Romo, Jefe del Gabinete Económico, y después con el Presidente @lopezobrador_ donde convenimos que, de acuerdo a la instrucción presidencial, se respetarán las fechas cívico-históricas del país. Sin embargo, se abre la siguiente alternativa: Ajustar el calendario escolar, en coordinación con el Titular de la SEP, @emoctezumab para propiciar a través de nuevos ‘puentes’, la convivencia familiar y los viajes a las 134 plazas turísticas, para fortalecer el turismo interno y beneficiar económicamente a la población local».
Si fue con Romo a buscar un aliado para que siguieran los fines de semana largos, se encontró con un futuro desolador; al responsable de buscar que nuestra economía crezca y se generen nuevos empleos poco le importó que se pierdan muchos empleos en el sector turismo, la mayoría por cierto para gente de escasos recursos.
En mis palabras, el tuit debía de haber dicho: «El responsable del crecimiento económico, #AlfonsoRomo, y yo @TorrucoTurismo responsable del sector turismo, convenimos que lo mejor es mantener nuestro empleo y hacerle caso a nuestro patrón @lopezobrador_. No hay que molestar al que nos puede correr».
¡Hasta la próxima semana!
Este texto es responsabilidad exclusiva, única y total del autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.
Edmundo Crespo Ruiz
EDMUNDO CRESPO RUIZ es periodista y economista egresado de la Facultad de Economía de la UANL, con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación.