Con una diferencia de días, los laguneros que por voluntad del gobernador Miguel Riquelme dirigen dos de las instituciones más importantes del estado rindieron sus respectivos informes, luego de capear las turbulencias causadas por el reacomodo de fuerzas, en un caso; y las observaciones de la Auditoría Superior del Estado (ASE), en otro.
El Rector de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), Salvador Hernández Vélez, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), Miguel Mery Ayup, resistieron las presiones de la Cuarta Transformación y de un moreirato disminuido. A la chita callando, Riquelme ha tomado el mando.
En ambas ceremonias quedó de relieve el origen y la vocación de los informantes: la política. Hernández ha sido diputado federal y local, además de líder efímero del Comité Estatal del PRI. Mery ha pasado también por la Legislatura estatal y ocupado distintos cargos. Las urnas no lo han tratado bien, pues antes de ser magistrado perdió dos elecciones consecutivas: en 2017 para Alcalde de Torreón y en 2018 para diputado federal.
Riquelme lo rescató y con el voto de su partido y el PAN en el Congreso, lo promovió al TSJE, donde terminará la presidencia inconclusa de Miriam Cantú, con la posibilidad de cubrir un periodo completo. Él, no Luis Efrén Ríos.
El peso de La Laguna quedó de relieve el 18 de febrero en el Teatro Raúl Flores Canelo, de Monclova, donde el Rector presentó su segundo informe con la expectativa de ser reelecto. Hernández dedicó las semanas previas a solventar las observaciones multimillonarias de la ASE.
En una conferencia de la diputada Tatiana Clouthier sobre “Transparencia en la Cuarta Transformación”, celebrada el 28 de enero en la Unidad de Camporredondo, el Rector se curó en salud: “Podemos tener fallas administrativas, pero no somos rateros”. ¿Alguien dijo que lo fueran? Lo anecdótico fue el apagón –provocado por un accidente de tránsito y no por una mano negra– ocurrido justo cuando el Gobernador mencionó al líder cetemista Tereso Medina.
Después de lo visto dos días después en la sala del Centro Cultural de la UAdeC en Artega, Riquelme podría decir lo que Carlos Salinas de Gortari respondió cuando los reporteros lo cuestionaron sobre la experiencia de su sucesor Ernesto Zedillo: “Aprende pronto”.
No se equivocó, el candidato relevo de Luis Donaldo Colosio ha sido uno de los mejores presidentes. Además de posibilitar la alternancia con la reforma política de 1996, Zedillo, sin recurrir a la retórica de la mano firme, encarceló a Raúl Salinas bajó cargos de enriquecimiento ilícito y el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu.
En el pasado, los informes del TSJE, por la naturaleza del poder que representa, eran sobrios y en su propia sede. Asistía el Gobernador y unas decenas de invitados. El segundo informe de Miriam Cárdenas, recién operada, se desarrolló en el Museo del Desierto, con más público. Pero el de Mery rompió los cánones.
Fue un acto masivo y la concurrencia variopinta (alcaldes, políticos, empresarios, líderes partidistas…). Leyó en teleprompter y se apoyó en medios audiovisuales. En política la forma es fondo, decía Reyes Heroles. El espaldarazo del Gobernador al Rector y al presidente del TSJE apaga rumores y afianza proyectos. En tiempos de la 4T, la gobernanza en los estados es vital.
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