El abuso del poder lo volvemos a sufrir, aprieta, estira, estruja, oprime, él quiere ser corona, no salgas, no mires, no respires, cúbrete, tápate, guarda tu distancia porque el bicho es omnipresente, omnímodo, ubicuo, persigue, acorrala, por eso, ocúltate, cuídate, aléjate porque todos pueden ser portadores, todos y todo, cualquier objeto o alimento, el viento, tu padre, tu hermano, no los toques, limpieza social, no abras la puerta.
En los hospitales ya no hay cupo, están abarrotados, ellas, ellos mueren solos, sin nadie que tome su mano y les diga, te amo, te quedas en mi corazón, no, están solos, no hay hijos, ni hermanos, ni esposo o esposa, nadie que cierre sus ojos y les dé el último adiós, nadie.
Tiembla, el cataclismo es total, tiembla, el ayer no se repetirá, el futuro no se puede vislumbrar y la magnitud del presente es fulminante no se puede interpretar, la agonía cunde y no se sabe a dónde nos conduce el asesino planetario que muestra y demuestra que es más poderoso que el primer poder del mundo, todos son títeres de un guiñol deprimente, millones de muertos.
El mundo está convertido en un laboratorio, la carrera es mundial, la vacuna por favor, la vacuna, pero la pandemia está lejos de terminar dice la OMS, así que el encierro seguirá; la lucha por el poder y el dinero se recrudece, veremos quién tira más fuerte de la cuerda.
Comienzan a abrirse puertas en Europa, América y Asia, los niños salen a tomar el aire a pasear en bici una hora, se debaten escenarios sobre “la nueva normalidad” que ya se asoma, se abrirán bares y restaurantes, pero no serán como los de ayer, ahora las mesas y sillas serán distantes, habrá mamparas de vidrio que separen unas y otras, el menú se pedirá por internet y solo se pagará con tarjeta, 0 dinero en efectivo.
El distanciamiento social disminuye. Algunos gobiernos de EU permiten abrir gimnasios, peluquerías, salones de belleza y de tatuajes, vaya que es extraña esta necesidad, tatuarse, pero de todo da este extraño mundo; en algunos países nórdicos las escuelas primarias se abrieron restringiendo a 15 el número de alumnos por salón.
Por su parte, Nueva Zelandia levanta algunas medidas del aislamiento, abren las escuelas, solo se admite comprar comida para llevar y se permiten actividades recreativas, en Alemania e Israel reabren varios comercios, pero el uso de mascarillas sigue siendo obligatorio para toda la población.
Siendo seres eminentemente sociales, la nueva normalidad dibuja incipientes formas sociales de vivir, vender y comprar, estás actividades experimentarán cambios importantes, las relaciones cara a cara se irán modificando, la mercadotecnia electrónica aumentará un 20 % es la tendencia más previsible que visualizan los expertos en sus estudios, las compras on line que no contienen el riesgo de contagios, a lo cual no sobrevivirán ni el más fuerte ni el más rápido, sino quien mejor se adapte a la conectividad de la nueva normalidad.
Se prevé que esa tendencia traerá consigo una menor movilidad por la potenciación del trabajo online y las restricciones de viajes; posiblemente disminuya la emisión de gases contaminantes y con ello la mejora del medio ambiente; lo que es muy grato es que se espera que la salida del confinamiento traiga el ímpetu por salir al campo, aunque nuestra naturaleza depredadora podría poner en peligro lo rural, así que se hará necesaria una reeducación en el amor a la biodiversidad, esto es urgente reconsiderarlo, el afecto y la valoración de la flora y la fauna, el agua y el aire.
¿Emergerá, después de la pandemia una nueva humanidad? Es tal vez la valiosa oportunidad que nos brinde la pachamama con un confinamiento quirúrgico, riguroso e inteligente.
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