Las elecciones locales en Nuevo León se verán afectadas por las federales, sobre todo por el activismo presidencial.
Las elecciones del próximo año en nuestro estado muestran tres características que las hacen parecer excepcionales en comparación con otras que se presentaron también en el periodo intermedio de una elección presidencial:
– Normalmente una elección intermedia, por lo que respecta a la renovación de la Cámara de Diputados, no despierta gran expectativa, sin embargo, esta contará con un marcado activismo presidencial, ya que AMLO no quiere perder el control de la Cámara de Diputados, por lo que buscará estrategias para “aparecer” en la elección aún cuando no esté en las boletas, mientras que algunos grupos intentarán impulsar el voto anti-AMLO, lo que pudiera elevar el porcentaje de participación considerado “normal” en este tipo de elecciones.
– Nuevo León enfrenta la renovación del Poder Ejecutivo local después de un sexenio en el cual un candidato independiente fue llevado a la gubernatura mediante el voto masivo en su favor, el cual se presentó como reacción a un sexenio percibido como corrupto. Los resultados fueron de alguna forma decepcionantes para la sociedad, como se refleja en los índices de aprobación del actual mandatario, por lo que habrá que ver cuál es la reacción de los electores en esta ocasión.
– Los partidos locales se han dado cuenta de que contar con un mandatario fuerte, y además apoyado por una legislatura local, pudiera no ser la mejor opción para quienes detentan cotos de poder en los municipios, en el Congreso local y en los propios partidos, sobre todo para quienes consideran dichos cotos como parte de su patrimonio, lo que además les ofrece una interlocución nacional con sus propios partidos.
Analizaremos en este artículo la primera de estas características y dejaremos para otros artículos las otras dos.
Por lo que respecta a la primera condición, hay que recordar que AMLO consideraba, antes de que se realizaran las elecciones de 2018, que no obtendría una mayoría en el Congreso, lo cual se reflejó en sus posturas de señalar que durante la segunda parte de su sexenio se podrían realizar los cambios constitucionales que consideraba necesarios para llevar a cabo, y solidificar, su proyecto.
La mayoría obtenida, sea artificial o no, constitucional o no, le permitió realizar cambios en la Constitución que no estaban contemplados para este periodo, pero también le ha dejado con un proyecto que deberá modificar precisamente debido al éxito no esperado. En pocas palabras, quemó etapas y se quedó sin su guía de ruta.
El problema es que MORENA, sin AMLO en las boletas, pierde una gran proporción de sus votos, solo hay que recordar la diferencia de votos que se presentó en 2018 entre los recibidos por el presidente y los recibidos por los diputados, de ahí la insistencia de realizar el referéndum en 2021, en las mismas fechas de la elección federal, lo que no logró debido a la oposición en el Congreso.
Al no aparecer en las boletas y tener la necesidad de mantener su mayoría en la Cámara de Diputados, López Obrador ha buscado la forma de mantenerse en la campaña, una a través de las mañaneras, las cuales en teoría deberá suspender durante el periodo electoral, pero ya se verá cómo le hace para no cumplir con la ley. Otra forma en que se mantendrá en su campaña contra sus adversarios es el juicio que se realizará contra, ya no Emilio “L”, sino Peña Nieto, Videgaray y, sobre todo, Felipe Calderón.
Eso sin contar conque puedan extenderse las investigaciones contra otros adversarios que pudieran dar pelea.
La otra posibilidad es la que se está explorando vía el PT para llevar a cabo una consulta popular para llevar a juicio a los expresidentes Peña y Calderón que, ¡oh, sorpresa!, se buscará llevar de manera paralela a las elecciones.
Las reacciones en sentido contrario seguramente se verán también, sobre todo vía el FRENAA y la posibilidad de que se saquen a relucir algunos actos de corrupción de distintos miembros de la 4T, sin embargo, esta lleva las de ganar en este terreno, a menos que se presentara un hecho espectacular, tan raro como inesperado.
De hecho, la 4T se ha venido preparando para ello al realizar algunas acciones como, por ejemplo, separar de su cargo a personajes como Jesús Orta, de la Secretaría de Seguridad en CDMX, Javier Jiménez Espriú, de SCT y la remoción y denuncia de una serie de personajes ligados al aparato de seguridad federal. Todo con la finalidad de evitar desaguisados.
Así pues, nos espera una elección federal muy movida y que quizá vaya en la línea que alguna vez marcaron asesores norteamericanos: “al marrano más blanco se le nota más el lodo”.
El problema hoy es que el blanco tiene el poder.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.
Juan Palacios
JUAN PALACIOS es educador de profesión, periodista por vocación. Editorialista en La Moneda, ABC, El Porvenir y Radio Alegría, en Monterrey.