Generalmente vemos a los partidos políticos como comunidades de individuos que tienen ideas y objetivos comunes, por lo que sus vínculos son habitualmente sólidos. Incluso partimos de que la membresía partidista se basa en un grado de compromiso significativo.
Sin embargo, al igual que en la vida social en general, al interior de los partidos se vive tensión, lucha, discrepancia, competencia, heterogeneidades, intereses; es decir: conflicto .
El partido que formó Andrés Manuel López Obrador para llegar a la presidencia no es la excepción y hoy vive uno de sus grandes retos ya como partido en el poder.
Morena, sin lograr consolidarse del todo como un partido, continúa siendo más un movimiento que no ha logrado madurar, entre otras cosas, sus métodos para elección de candidatos, y eso puede ser su principal debilidad en la próxima elección, en la que, además de elegirse a quienes formarán la cámara de diputados, se elegirán a nivel local, 15 gobernadores , mil 923 presidencias municipales, 14 mil 596 regidurías, 2 mil 060 sindicaturas, 204 concejalías, 431 juntas municipales y presidencias de comunidad, 642 diputados por mayoría relativa del Congreso y 421 legisladores locales de representación proporcional.
En este contexto, varios morenistas han manifestado su inconformidad con los resultados de las encuestas elegidas como método de selección: algunos han acusado «dedazos», «fraude» y «decisiones cupulares», cuatro incluso han renunciado, alrededor de 15 han impugnado ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y otros más ya se han incorporado a otras fuerzas políticas.
Para evitar conflictos, Morena previamente pidió a todos los aspirantes a candidaturas que firmaran una carta para que, durante los proceso internos, se comprometieran a no intercambiar señalamientos o acusaciones y, más aún, a aceptar la decisión derivada de las encuestas.
Sin embargo, esos acuerdos no duraron más que unos días. Conforme la dirigencia reveló uno a uno a sus candidatos —a la fecha lleva 14 de 15—, surgieron inconformidades, acusaciones y renuncias en Zacatecas, Guerrero, Tlaxcala, Colima, Michoacán, Sinaloa, Baja California Sur, Nuevo León e incluso San Luis Potosí. Este último es el único estado donde Morena aún no elige; hasta ahora, solo se ha informado que la candidatura será para una mujer.
En las últimas semanas, el TEPJF ha recibido al menos 15 impugnaciones a los procesos internos. Estos son algunos ejemplos:
En Nuevo León, por la designación de Clara Luz Flores como candidata a gobernadora. Norberto de la Rosa interpuso un juicio de protección a los derechos políticos y electorales.
En Chihuahua, por la designación de Juan Carlos Loera como candidato a gobernador. El senador Cruz Pérez Cuéllar impugnó y pidió reponer la encuesta.
En San Luis Potosí, por la decisión de la dirigencia de dar esa candidatura a una mujer. El aspirante Ricardo Delsol también interpuso un recurso ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia.
En Zacatecas, por la designación de David Monreal como candidato a gobernador. Los aspirantes José Luis Medina, José Narro y Ulises Medina impugnaron el método de selección.
En Guerrero, por la nominación de Félix Salgado Macedonio como abanderado. Los aspirantes Pablo Amílcar Sandoval y Luis Walton acusan falta de claridad en la encuesta.
En Tlaxcala, por la designación de Lorena Cuéllar como candidata. Dulce Silva recurrió al tribunal porque consideró que el proceso interno no fue transparente.
En Michoacán, por la nominación de Raúl Morón. Es el estado con más impugnaciones: van cinco, hechas por Víctor Manuel Serrato, Gerardo Dueñas, Vicente Guerrero, Jesús Escandón Mondragón y Juan Carlos Pérez Hernández.
En Sinaloa, por la designación de Rubén Moya. El recurso fue interpuesto por el aspirante Gerardo Vargas.
Uno de los inconformes, el senador Cruz Pérez Cuéllar, señaló en entrevista que, si bien firmó el acuerdo para respetar los resultados, considera que la encuesta realizada no es confiable porque no coincide con los sondeos que se han hecho en Chihuahua y a nivel nacional en los últimos dos años. (politica.expansion.mx)
Al crecer, con la llegada de López Obrador a la presidencia, las posibilidades de triunfos del partido Morena y con ello el acceso exitoso al poder en entidades estatales y municipales, crecieron los intereses de los dirigentes y militantes en participar en los procesos electorales y con ello las pugnas y conflictos.
Hoy la tarea de su dirigencia nacional, encabezada por Mario Delgado, será mantener la concordia interior procurando la unidad política y garantizando el orden en medio de las luchas que nacen de los intereses individuales así como de la diversidad y la divergencia de opiniones.
Mientras que la tarea de los partidos de oposición será generar una campaña electoral titánica que deberá partir de lo local, con buenos candidatos y grandes propuestas; y no solamente basada en aprovechar las debilidades del partido que, a pesar de sus conflictos, sigue viéndose en encuestas como el favorito.
@Pepevegasicilia josevega@nuestrarevista.com.mx
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