¿Por qué defender al Instituto Nacional Electoral (INE)? Me pregunto eso, mientras el INE ratifica la cancelación de la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la Gubernatura de Guerrero.
En tiempos de tormenta y furia, no es poca cosa. Entre amenazas físicas e intimidaciones políticas –propias de una época barbárica o pre-democrática– las huestes morenistas lideradas por Salgado “el Toro” Macedonio y Mario Delgado, presidente de Morena, intentaron torcer la decisión del INE con esas presiones gangsteriles.
Claro, con la sombra de AMLO soplándoles la nuca e incitando su irracionalidad para minar la credibilidad institucional del INE; uno de los últimos contrapesos -con el INAI- al creciente poder autoritario de López Obrador y a la desinstitucionalización del País. La decisión será impugnada y regresará al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; donde fue turnada al INE.
Empero, más allá de lo que suceda con la candidatura de Macedonio, es imperativo defender al INE del embate morenista.
Sin ser una institución perfecta, desde su concepción como Instituto Federal Electoral (1990-2014) y como INE (2014- a la fecha), el instituto ha reflejado los claroscuros de nuestra incipiente democracia.
Sus debilidades han sido tres: La estricta fiscalización de gastos electorales; su ausencia en fortalecer la participación ciudadana -no electoral-, y su permisibilidad en la sobrerepresentación de las dos últimas legislaturas.
Sin embargo, su fortaleza central ha sido evidente: Rebasó el autoritarismo priista vigente hasta los años 80, para edificar los contornos de una democracia por conquistar -cada día- con elecciones sólidas en limpieza, competitividad y equidad.
Dejar sólo al INE ante un Morena -con ojos enrojecidos, fauces salivantes y dientes afilados- implicaría perder el último bastión desde el cual podemos defender nuestra democracia -tan imperfecta pero tan necesaria, para construir el mejor futuro -de a poco- para nuestro país. Por ello, la disyuntiva es una: el INE o el autoritarismo de AMLO.
No lo dejemos solo.
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