Un fantasma recorre México, el fantasma de la pauperización, económica, política, legal y moral, como la que ha vivido Cuba y Venezuela.
Los dictadores son cínicos… Psicópatas que crean un mundo propio donde la moral es su moral, la inteligencia su inteligencia, la realidad su realidad y los anhelos de los gobernados iguales a las migajas que estén dispuestos a soltar.
Denigrar a la clase media o llevar a la picota a comunicadores haciendo uso de bienes, equipo y personas pagadas por el erario, son acciones propias de un Hugo Chávez, un Nicolás Maduro, un Daniel Ortega, y claro de un López.
Pero hiela la sangre cuando lo que se niega es la violencia, la aparición de nuevos cárteles, y apenas lo niega, uno de estos sube un vídeo donde muestra armamento de ejército regular.
El déspota macuspano, quien no es la mente maquiavélica que le adjudican, sino una esquizofrénica, de reacciones lerdas, que en su interior —o se lo advierten sus consejeros— sabe que su cuenta regresiva inició el 6 de junio.
Es claro que embestir y denigrar medios y a la pequeña burguesía son una forma para preparar el paso siguiente: Tomar el poder hegemónico valiéndose de la milicia que ya ha corrompido y de los cárteles que le mostraron fidelidad en las elecciones, cuyo avance se niega con un “ya no es como antes”.
Entre sus consejeros, los que están a favor de anular la democracia e imponer una dictadura estilo chavista van ganando, pero como son dominicanos, españoles y venezolanos, no tienen a la geografía o mejor, a la geopolítica, en su haber.
Y mientras se inventa enemigos y agrupaciones fantasma como la BOA o la Confederación de la Clase Media, no olvida los intentos de aparecer un Mesías, tan hijo de Dios Creador del Cielo y de la Tierra, como el del Evangelio.
“¿Y qué fue la vida y la obra de Jesús Cristo?, ¿no fue la justicia? ¿no fue ayudar a los desposeídos, a los pobres, a los humildes? ¿no lo seguían y espiaban, y lo crucificaron por eso? Entonces ¿qué es la religión si no es humanismo? ¿qué es?”. Dijo el dictador mexicano el 30 de junio.
— ¿Y lo de Zacatecas y Aguililla? Le cuestionó Jorge Ramos sobre las masacres: “Esos son enfrentamientos entre bandas”, dijo el macuspano apeló a sus “otros datos.
Es claro que López al dejar al narco ganar espacios e hipnotizar al tontarriaje para que piense que gobierna un mesías tabasqueño, muestra su único plan de gobierno.
¿Cuánto falta para que el macuspano comience a encarcelar candidatos a presidente, legisladores y gobernadores inconformes? ¿O para que los ejecutados y secuestrados no sea alcaldes, síndicos, sino diputados federales, senadores, empresarios críticos?
En su discurso los pobres son inocentes que se conforman con lo que él les dé, son solidarios con su mesías, y los prepara para una guerra santa, una guerra de clases, que justifique una nueva constitución en la que el poder se pueda extender al tipo Chávez.
No creo que López y sus incondicionales sepan que ganaron la presidencia por cansancio y porque lograron magnificar una corrupción, muy real, pero se olvidan que esto pasa porque el mexicano está presto a creer lo malo, porque lo han educado con Dios y Diablo, y también creerán lo malo de ellos.
No ganaron porque la gente comprara esa gelatina que llaman su plataforma de gobierno, porque ni ellos saben con qué se come, y López ya mostró y demostró que no es de izquierda ni derecha sino todo lo contario.
En 31 meses de gobierno, el macuspano ha mostrado que toda su plataforma política enarbolada por años, es una carísima mentira. Mintió hasta en aquello de que era una estrella beisbolera en ascenso.
Y es obvio que la información de deuda y presupuesto fue escondida porque las cosas van mal, muy mal, y por eso los reclamos de medicamentos, de vacunas, de atención a desastres, deben clasificarse como acciones golpistas.
La dialéctica del macuspano busca a propósito confundir, porque él mismo está confundido, pero su equipo olvida que en Washington les encanta señalar cárteles y con un tratado de libre comercio que pende de 60 mil dólares de inversión extranjera directa y de tres mil 500 kilómetros de frontera, aquí no habla socialismo bolivariano, y mucho menos macuspano.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.
EFRAÍN KLERIGAN
Fotógrafo, reportero, articulista desde 1970. Ha sido reportero local y articulista en periódicos y revistas de Ciudad de México, Coahuila, Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas. Como corresponsal ha trabajado con El Norte-Grupo Reforma, y como Stringer de AP, UPI, Telemundo, La Prensa, El Nacional, entre otros.