Tanta opinión en las redes sociales ha hecho creer a muchos que hablar públicamente es una actividad sencilla, o lo que es peor que los valores son un tipo de accesorio que pueden usar a conveniencia y no es así.
Como tal la ética profesional se define como un conjunto de normas y valores morales que los profesionales, de cualquier sector, deben de respetar durante el ejercicio de su profesión, digamos que es la que marca las pautas que deben regir dentro del ambiente laboral y que están basadas en los valores universales.
Hace algunos años en Santiago de Chile se presentó el caso de una enfermera que denunció a su propia compañera porque aplicaba la Ley del mínimo esfuerzo dentro del nosocomio, y no la ayudaba con los pacientes geriátricos porque «de cualquier forma se iban a morir», así que no tenía caso esforzarse. El caso abrió el debate sobre la ética y obviamente la enfermera del mínimo esfuerzo fue despedida.
En México la enseñanza de la ética es obligatoria en todas las carreras universitarias, pero parece ser que no todos los egresados la están aplicando correctamente. Sólo basta con entrar a cualquier FanPage de Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), para leer los comentarios que hacen personas, que se dicen enfermeros o médicos, sobre los pacientes por ejemplo: «No se cuidan, están todos gordos, y quieren que nosotros los salvemos. No hacemos milagros».
Y no sólo en el sector salud, los abogados tampoco muestran mucha humildad o empatía que digamos, y escriben frases como: «Tienen hijos con el Brayan y del Dylan y de los dos quieren la pensión. Que se pongan a trabajar».
Los arquitectos e ingenieros también comparten frases muy parecidas. ¡Claro!, podemos justificar ese tipo de comentarios diciendo que opinar está de moda, que quizás sólo se expresa así, pero en la práctica hacen bien su trabajo.
Y es que tanta opinión ha hecho creer a muchos que hablar públicamente es una actividad sencilla, o lo que es peor que los valores son un tipo de accesorio que pueden usar a conveniencia y no es así. Como decía un comercial de hace algunos años. ¿Tienes el valor o te vale?
En los últimos días los medios de comunicación difundieron el proceso judicial de la Influencer YosStop. Proceso derivado de la denuncia que en marzo pasado presentó Ainara Suárez en su contra por poseer, distribuir y almacenar el video prueba en el que se demuestra que fue abusada sexualmente cuando era menor de edad.
En uno de sus vídeos Hoffman reconoció haber visto la grabación de la agresión sexual a Ainara, sobre la que además comentó que había sido su culpa y la llamó: «mujer de moral distraída», entre otras palabras.
En otro de sus canales, la influencer mexicana admite: «Digo las cosas como son, no tengo pelos en la lengua. Este es un bonito canal de críticas a la sociedad desde mi punto de vista».
De este caso lo que a mí me llama la atención son dos cosas: la primera que su abogado Ricardo Cajal, diga que su detención es un ataque a la libertad de expresión, y otra que la Youtuber, tenga una carrera de comunicación y se exprese como lo hizo, y no me refiero a su léxico en general, sino en particular a las palabras que utilizó para referirse a la entonces menor de edad. Me parece increíble que el abogado no sepa que la libertad de expresión tiene sus límites y me sorprende aún más que una comunicadora se exprese de esa manera.
Juan Antonio de Heras, presidente de Honor del Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia, dice que es un intrusismo el intento de hacer pasar por contenidos periodísticos la publicación de opiniones en espacios que aparentemente no están reservados para ello. También señala con cierta rotundidad, que “difundir, a través de cualquier medio de expresión, opiniones e ideas, no es periodismo” (2000, 214). Y yo como periodista comparto su opinión.
El foco originario de la ética es el sentimiento de dignidad de la persona, quien carece de ese sentimiento no dispone de voluntad moral, afirmaba Séneca, filósofo, político, orador y uno de los más grandes moralistas de la antigüedad.
Hace algunas semanas decíamos en este mismo espacio que el hombre moderno cree que su norma de conducta es estar vigente en las redes sociales, compartiendo la opinión de las mayorías, no porque compartan intelectualmente su contenido, sino porque si tanta gente dice que así se piensa, pues bueno, así se debe pensar.
Todos los comentarios son bienvenidos a valencia@vaes.com.mx
Nos leemos, la próxima vez. Hasta entonces.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autora, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasomx
Verónica Valencia
VERÓNICA VALENCIA GÓMEZ es periodista especializada en Tecnologías de la Información, cuenta con una maestría en marketing digital. Es consultora de comunicación y mercadotecnia en Vaes Comunicación. Ha trabajado en periódicos como Grupo Reforma, Milenio y El Mañana de Reynosa.