Lo único que le importa a AMLO es que sus hijos, familiares e incondicionales conserven el dinero, el poder y no vayan a prisión. Necesita que gane una de sus corcholatas en 2024 y para eso le estorban el INE y el TRIFE.
Si usted piensa que a López Obrador le modifica la agenda electoral las condenas internacionales y locales a su intento de enterrar la democracia con una contrarreforma electoral, es claro que no sabe que un sociópata se habla y se responde solo.
Recordará que con encuestas que publicaban que hasta el 80 por ciento de los mexicanos estaban a favor de continuar el aeropuerto en Texcoco, López organizó una mascarada de consulta y lo anuló para cambiarlo por un aeropuerto caro e inservible.
Hizo exactamente lo mismo con la militarización de la Guardia Nacional, con la abrogación de la Ley del Servicio Docente y con el manejo ilegal de la pandemia ¿Porque ahora sería distinto?
Para el macuspano trascender como mandatario es poder regresar el país al partido hegemónico sostenido por centrales gremiales afines y cuerpos policiacos y gobernadores corruptos, a los que se les dejaba robar si estaban prestos a reprimir a la disidencia.
Pero ni eso hace bien, porque en Morena los únicos sectores vivos son el militar, la delincuencia organizada y su grupo de incondicionales que cada vez son menos y realmente se parece más al PRI de 1987, que al de 1970.
Además el PRI daba de golpes pero creaba instituciones, estabilidad y crecimiento; le PRI sí logró una muy cara autosuficiencia alimentaria y sí impidió en forma eficiente el cierre del sector energético, hasta que Salinas comenzó a abrirlo.
“Modificar un sistema que funciona bien en general y goza de la confianza de las diferentes partes tras varios ciclos electorales y años de evolución democrática, lleva inevitablemente al riesgo de que esa confianza se tambalee”, dijo la Comisión de Venecia.
Dicha Comisión es un órgano consultivo del Consejo de Europa encargado de cuestiones constitucionales, y en su opinión no pedida por el Consejo General del INE, la reforma de López es antidemocrática.
Tras conocerse la versión los tuitcanes de AMLO, que ahora ven con preocupación la propuesta de Elon Musk para certificar cuentas de Twitter, iniciaron una andanada donde López es el bueno y Lorenzo Córdoba y el INE, los malvados.
La publicidad de la Reforma que hacen funcionarios públicos, incluido el Presidente de medio tiempo, tuitcanes y correveidiles, no incluye el hecho de que se anularían los legisladores de mayoría relativa y los requisitos académicos para ser consejero.
La Conferencia Episcopal que ya le ha abierto un agujero en el caso al barco obradorista con sus críticas a la mala, pésima y sospechosa política de seguridad pública, calificó a la propuesta de Reforma como antidemocrática.
“(Está) destinada a afectar la representación y el equilibrio de las minorías y mayorías, llevando el control de los comicios hacia el ámbito del gobierno federal centralista”, señalaron los obispos de todo el país.
Además dice que afecta la gestión presupuestal para que el órgano electoral pueda decidir su presupuesto, “eliminando su autonomía ciudadana y su imparcialidad partidista”, afirmaron en rueda de prensa.
También organismos de la Sociedad Civil y miles de ciudadanos en lo particular se han alzado contra la reforma antidemocrática, en la que el grupo de torvos priistas de Alejandro Moreno, tiene el fiel de la balanza.
Pero nada de eso le importa a López, quien ya ve la muerte cerca, y piensa que para que sus hijos, familiares e incondicionales conserven el dinero, el poder y no vayan a prisión, que ganar una de sus corcholatas en 2024.
Es claro que ni la culpable del desplome de la Línea 12, ni el Conde Crápula y sus discursos babosos, podrían ganar la presidencia por métodos democráticos y con un INE y un TRIFE fuertes.
Esa es la urgencia, quebrar el sistema electoral que lo llevó al poder, porque él si sabe que no ganó en 2006, ni en 2012, y que en 2018 ganó el hartazgo por la corrupción de los gobiernos anteriores y el alto precio de la gasolina.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.
EFRAÍN KLERIGAN
Fotógrafo, reportero, articulista desde 1970. Ha sido reportero local y articulista en periódicos y revistas de Ciudad de México, Coahuila, Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas. Como corresponsal ha trabajado con El Norte-Grupo Reforma, y como Stringer de AP, UPI, Telemundo, La Prensa, El Nacional, entre otros.