Para ello, esos gobiernos, que incluyen a Trump, Putin, Milei y Sheinbaum, entre otros, buscarán triturar esa “aritmética galáctica repleta de billones de años, de, al menos, 200 billones de galaxias; de nuestro cercano vecino Andrómeda a 2 mil 537 millones años luz de distancia.
También, buscarán acabar con los 10 sextillones de estrellas que suman más que los granos de arena de nuestras playas, (por una simple razón.
Nosotros, los seres humanos somos parte de ese universo.)
(Pensemos ahora en nuestro) nanoscópico microcosmos; el oxígeno que respiramos, el nitrógeno de nuestro ADN, el calcio de nuestros dientes y el hierro de nuestra sangre provienen del interior de las estrellas que colapsaron antes que nuestro sistema solar fuera formado”.
Por ello, “todos somos el legado del polvo de esas estrellas”.
¿Y qué pensar de la intrincado -inmenso y complejo- de nuestro “cerebro y del andamio de nuestra consciencia con 90 billones de neuronas en sinapsis permanente para dar luz a nuestro ser?
Sin olvidar, claro, “los siete octillones de átomos de nuestro cuerpo”.
Ellos buscarán acabar con esa belleza cósmica extraordinaria que fusiona al hombre con el universo y, su capacidad para sobrevivir bajo su mejor versión en esta tierra.
Por ello, a la par de este entorno deshumanizante y violento, toca, sin ignorar nuestra responsabilidad en el cambio climático o el colapso de varias civilizaciones que nos antecedieron, alumbrar las esperanzas, por pequeñas que sean al inicio; sin idealismo visceral o voluntarismo desesperado, pero sí, con una actitud de auto crítica, humildad, compasión, determinación y una fe profunda en nosotros mismos y en la humanidad que nos hermana a todos con un mismo destino en este planeta llamado tierra.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx