No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos,
pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes hospedar sus cuerpos, pero no sus almas,
porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti,
porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.
ENIGMAS
Y si llegáis a conocer a intuir a la Suprema Mente Creadora, no os convirtáis en explicadores de enigmas.
Mirad más bien a vuestro alrededor y lo veréis jugando con vuestros hijos.
Y mirad hacia lo alto; lo veréis caminando en la nube, desplegando sus brazos en el rayo y descendiendo en la lluvia.
Lo veréis sonriendo en las flores y elevándose luego para agitar sus manos desde los árboles.