Mientras los productores no quieren dejar nada al tiempo, la Conagua apuesta a las lluvias de fin de año.
“Es Delicias (Chihuahua), de ahí son los ex gobernadores y ahí es donde se da más esta asociación entre partidos que supuestamente son distintos, pero en realidad son lo mismo”, Andrés Manuel López Obrador, 11 de septiembre de 2020.
El conflicto por el agua de la Presa la Boquilla en Chihuahua que escaló, por desgracia, hasta llegar a una agresión de la Guardia Nacional a una pareja que regresaba de una manifestación, en la que perdió la vida la mujer mientras el hombre sigue convaleciendo en el hospital, está evidenciando una vez más que nuestro líder «es respetuoso de su derecho» a manifestarse mientras descalifica a los manifestantes.
He tenido la oportunidad de escuchar las versiones de Andrés Manuel López Obrador, en las conferencias matutinas del jueves y viernes de la semana pasada, y la de algunos productores, en videos que han circulado en las redes sociales y en algunos medios de comunicación. De botepronto, sin meterme al detalle de los datos, me deja una vez más el mal sabor de boca de la falta de capacidad de diálogo de nuestro líder. Podrán sus seguidores argumentar que él está abierto a dialogar, es más que ventiló en las conferencias los argumentos de sus opositores (que creo también son parte del «Pueblo bueno»), pero eso no pasa de ser un monólogo.
De entrada, desde su tribuna descalifica la protesta de los productores al etiquetarla como un asunto político-electoral por las elecciones del próximo año en el estado (en todo el país habrá votaciones, aunque no en todas se cambiará la gubernatura) por el respaldo de políticos de todos los partidos a las demandas de este grupo, además que los productores “son ricos”, que han explotado el agua de México para su provecho personal y que va a investigar el uso del agua en la zona para evitar el huachicol, y al final la doctora Blanca Jiménez, directora general de Conagua, presentó los argumentos técnicos de porqué se puede entregar el agua a Estados Unidos.
Dentro de los argumentos de López Obrador para politizar (o afirmar que esta politizado) el tema, exhibe el apoyo de ex gobernadores al movimiento, descalificándolos, obviamente, argumentando entre otras cosas que en sus tiempos sí se le dio más agua a Estados Unidos. Sin duda que los datos lo reflejan, lo que a lo mejor no se cuenta es cuánta agua llovió y se acumuló en las presas en esos años.
En los videos, los productores responden a los tres señalamientos: en cuanto a la participación de políticos, argumentan que son representantes populares y les exigen que respalden sus demandas ciudadanas porque para eso fueron electos y al participar se comprometen a apoyar sus demandas.
Pareciera que para nuestro líder no existen los acuerdos donde todos ganen, si las demandas sociales las apoyan partidos de oposición y él les da la razón, sería una derrota política para su gobierno y una victoria para los contrarios y a los productores que Dios los cuide.
En cuanto a que son productores “ricos”, argumentan que son pequeños propietarios y piden a nuestro líder que vaya a la zona para que vea las condiciones de presas y las condiciones de sus tierras, y tenga una imagen real de la situación.
La doctora Jiménez aseguró en la conferencia que “ha habido incluso videos que circulan en los medios informales donde sacan vistas de la presa y dicen: ‘Vean cómo está aquí vacía la presa’, pero se ponen del otro lado de la cortina. También vean el video que nosotros hicimos en donde se pone el director y dice: ‘Miren, aquí es el otro lado de la cortina’, efectivamente está seco, porque si no, nos estuviera fallando la presa, se corre toda la vuelta y se muestra que del otro lado está el agua donde debe estar”.
No tengo elementos de juicio para valorar este hecho. Lo que me deja una fuerte preocupación son los argumentos centrales de Conagua de porqué si se puede entregar sin problemas el agua, y de los productores, de porqué no se debe de entregar.
En la conferencia del viernes, López Obrador, respaldado con datos de la Conagua, aseguró que «ya para este ciclo tienen garantizado el 100 por ciento», por esta razón no hay motivo para no pagar lo que se debe. Los productores dicen que es cierto lo que afirma el Presidente, pero lo que se hace para garantizar la sobrevivencia de la actividad agrícola de la región, porque depende 100 por ciento del agua de lluvia, es dejar agua suficiente para el siguiente ciclo y no va a ser así.
Es decir, la Conagua piensa en el hoy, dejando parte del mañana a las lluvias, y los agricultores en el mañana, sin dejar nada al clima. Y todo se queda a la buena de Dios: si llueve lo suficiente, nuestro líder seguramente dirá «el tiempo nos dio la razón»; y si no llueve fue una «neumonía atípica» (perdón sequía, es que me acordé de otro asunto).
Por lo pronto hay que pagar lo que se debe de agua, si no el otro año pagaremos las consecuencias por incumplir, afectando las entregas de agua de Estados Unidos a México, impactando la agricultura y el consumo humano más allá de Chihuahua.
¡Hasta la próxima semana!
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.
Edmundo Crespo Ruiz
EDMUNDO CRESPO RUIZ es periodista y economista egresado de la Facultad de Economía de la UANL, con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación.