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Apuesta por los jóvenes

Movimiento Ciudadano (MC) dio el paso que el PAN, por misógino y mezquino, no se atrevió: confiar la jefatura del partido a su excandidato presidencial, Jorge Álvarez Máynez. La votación del zacatecano (5.8 millones) en las elecciones de junio pasado superó a la del PRI (5.4 millones) y, en términos porcentuales (10.4), estuvo solo seis puntos por debajo del PAN (16). Mientras MC optó por un joven para dirigirlo en los próximos cuatro años, Acción Nacional dio la espalda a las mujeres. Primero abandonó a Xóchitl Gálvez, y después movilizó su maquinaria obsoleta para vencer, en un proceso antidemocrático y plagado de irregularidades, a la mejor alternativa para rescatarlo de la ignominia, sacudir cacicazgos y volverlo a hacer competitivo: Adriana Dávila.

La presidenta Claudia Sheinbaum dio la bienvenida al nuevo líder del PAN, Jorge Romero, acólito de Marko Cortés, quien no podía despedirse sin hundir más a su partido. «(Romero) es el jefe del cartel inmobiliario (…) esquema de corrupción que permitió construcciones ilegales a cambio de sobornos a funcionarios de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México. (…) Lo conocimos muy bien en la CDMX, incluso los propios empresarios, como testigos, revelaron el modus operandi de ese grupo muy corrupto».

Sheinbaum dio más detalles, en la rueda de prensa del 11 de noviembre. «Este grupo que llega hoy a la dirigencia del PAN es conocido, por los propios panistas, por estos esquemas de mucha corrupción que nacieron en esta alcaldía. Entonces (…) «que digan ¡qué renovación tuvo el Partido Acción Nacional!… no mucha, ¿verdad?». Fuera de la cúpula que organizó las elecciones amañadas, con la orden de votar por Romero, en el panismo priva el descontento. El partido fundado por Gómez Morín pasó del debate a la chacota y del respeto por las formas y el fondo, a la burda simulación.

Álvarez Máynez fue la sorpresa en la carrera presidencial del año pasado; y Gálvez, la decepción. Los partidos de la alianza Fuerza y Corazón por México (PAN-PRI-PRD) utilizaron a la hidalguense para sus fines, y luego la desecharon. Acción Nacional se estancó en los 9 millones de votos de Ricardo Anaya en 2018. Entre un proceso y otro, MC quintuplicó su votación. La apuesta por Máynez es inteligente, pues no solo le permitirá tender puentes con los jóvenes, sino también con los sectores adversos al PRIAN y los escépticos de Morena.

MC —antes Convergencia— ha decidido jugar solo, después de probar otras opciones. En 2006 postuló a López Obrador para la presidencia junto con el PRD; y en 2018 apoyó al candidato del PAN, Ricardo Anaya. En términos de población y de PIB, el partido fundado por Dante Delgado es la segunda fuerza nacional después de Morena. Nuevo León y Jalisco le permiten estar por encima del PAN, que gobierna cuatro estados (Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato y Querétaro); y del PRI cuya bandera ondea solo en Coahuila y Durango.

El reto de Máynez consiste no únicamente en detener la aplanadora de Morena, al frente de 24 estados, sino en ganarle espacios a escala local y federal. Otra tarea es achicar aún más al PRI y al PAN. En la tarea ayudarán las desacreditadas dirigencias de Alejandro Moreno y Jorge Romero. El desafío frente a Morena es enorme, pues la presidenta Claudia Sheinbaum tiene, como López Obrador, altos niveles de aprobación. Además, la lideresa del partido guinda, María Luisa Alcalde, cuenta con una estructura electoral sólida y el apoyo de los gobernadores.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx

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