La 4T azuza al México Bronco para polarizar el País. Sí, ese México Bronco que don Jesús Reyes Heroles aseguraba que yacía dormido desde la Revolución Mexicana para despertar -en algún momento- y exigirle cuentas -encabronado- a la clase política mexicana.
Esa sólo es la primera capa de polarización definida desde el púlpito amloista cada mañana: es el pueblo contra el resto de mexicanos etiquetados como fifís, neoliberales y conservadores con rostro real de empresarios, comerciantes y profesionistas.
La segunda capa de polarización incluye a millones de mujeres -entre conservadoras y feministas- agraviadas por el desdén de Andrés Manuel López Obrador a su acelerada muerte cotidiana. Podemos incluir ahí, a los colectivos de familiares de desaparecidos; a las miles de familias de personas asesinadas por el crimen organizado; a las minorías sexuales LGBTTTIQ y a las organizaciones de la sociedad civil especializadas en temas de transparencia, rendición de cuentas, medio ambiente y movilidad sustentable, entre otras.
La tercera capa de polarización integra a los 5 millones 786 mil burócratas del Gobierno Federal que han sido despedidos, bajados de categoría salarial, amenazados con su reubicación geográfica, obligados a trabajar sin equipo e insumos básicos y restados de su aguinaldo.
La cuarta capa de polarización confronta al Estado la presencia territorial de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación en las 32 entidades de la República. Ellos están enfrentados y pelean metro por metro contra otros cárteles como el de los Zetas, el del Golfo, los Beltrán Leyva, Caballeros Templarios, Familia Michoacana y grupos regionales relevantes. Ellos son los responsables del terror en el cual viven millones de mexicanos y de 58 mil homicidios dolosos ocurridos en 2019 y 2020.
La quinta capa de polarización está en la separación de 10 gobernadores de la Conferencia Nacional de Gobernadores. Ellos representan el 31 por ciento de la población total; poseen un PIB per cápita de 195 mil 740 pesos contra 161 mil 775 del resto del País; suman el 40 por ciento del total del empleo formal con 7.7 millones de trabajadores; atraen el 40 por ciento de la inversión extranjera directa y alcanzan el 59 por ciento de las exportaciones de México.
La sexta capa de polarización está formada por la comunidad intelectual y científica del País que, preocupada, observa un ataque sistemático a nuestras libertades fundamentales -entre ellas la libertad de expresión- y un deterioro progresivo de nuestras capacidades como país en los ámbitos de desarrollo científico, tecnológico e innovación.
Miramos esas capas de polarización entre estallidos de revueltas sociales en Michoacán, Guerrero, Chihuahua y la CDMX.
Y, regresamos a las preguntas básicas: ¿Será posible la supuesta cuarta transformación del país bajo estas seis polarizaciones que rebasan la clásica -inherente a todo gobierno populista- del pueblo contra los ricos? ¿Estaban contempladas estas polarizaciones que desgajan el país y debilitan el poder del Estado en el diagnóstico previo realizado por el mismo AMLO y su equipo? ¿A dónde pretende llegar AMLO con un Estado débil y territorialmente fallido, una economía frágil y en caída libre y un México fragmentado social, política y geográficamente?
Le puedo asegurar, apreciado lector, que ni el mismo AMLO tiene respuestas a estas preguntas. Pero él insistirá -más allá de la realidad terrenal- en imponer su dogma de fe sin importar las consecuencias para el país.
Por eso, México arde -más allá del México Bronco- entre seis polarizaciones.
@Canekvin
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