A lo largo de los años hemos visto muchas burbujas especulativas que derivan en crisis económicas, nuevos mercados que crecen y crecen alentados por la voracidad de inversionistas que buscan ganancias altas, pero que tarde o temprano se derrumban generando catástrofes financieras.
Lo que fueron las compras desorbitadas de tulipanes exóticos en el siglo XVII en Holanda, o la crisis del mercado inmobiliario de 2008, hoy parece ser el futuro de las criptomonedas, cuyo crecimiento ha sido abrupto derivado de las grandes inversiones de nuevo millonarios de la tecnología y del uso de celebridades como deportistas, raperos o actores para promoverlas.
Si bien existen algunas criptomonedas que ofrecen mayores garantías de sobrevivencia como Bitcoin, lo cierto es que la mayoría de estas tienen todos los elementos para encajar en una burbuja especulativa, es decir, inversores iniciales que acaparan unidades de criptomonedas a precio bajo, para luego implementar campañas de publicidad, que incluye regalar a alguna celebridad un porcentaje pequeño de las mismas a cambio de que hable de la moneda, para que la población salga a comprarla en masa y con ello elevar artificialmente el precio y hacer que los inversionistas iniciales ganen millones, porque se dispara la demanda y con ello el precio de venta.
Pero en mercados, todo lo que sube tiene que bajar y tarde o temprano, por ello criptomonedas como Dogecoin, 100xCoin, Ethereum o Litecoin que han tenido rendimientos interesantes, difícilmente van a poder seguir creciendo de forma ininterrumpida y no están exentas de que el ánimo se agote y comiencen a perder valor rápidamente, al tiempo que los tenedores entran en pánico y venden provocando un quiebre de mercado y quizá la siguiente gran crisis económica global.
Por ello, los gobiernos, bancos, las bolsas y otros actores económicos deber tener más cuidado con las criptomonedas y empujar mayores regulaciones, para tratar de evitar este tipo de escenarios.
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