Los presidentes de México recurren a los decálogos cuando se les nubla la mente y entran a una dimensión paralela de la realidad.
Fox inició esa tradición, Calderón la continuó, Peña Nieto la reforzó y López Obrador la recuperó.
Cada uno de ellos tiene el complejo de Moisés, cuando desde lo alto del Monte Sinaí mostró la tabla de los 10 mandamientos al pueblo judío, e imaginaron -ternuritas- con su decálogo estas palabras de Jehová: “…si de veras escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis para Mí un pueblo especial entre todos los pueblos. Porque Mía es toda la tierra, y vosotros seréis un reino de sacerdotes y una Nación santa (Éxodo 19:1-25).”
El problema es uno: ningún decálogo funcionó, porque ninguno de esos presidentes es Moisés y ningún mexicano los escuchó o guardó su pacto.
Lo mismo sucederá con el Decálogo de AMLO, sacado de su manga para contener las incisivas preguntas de una reportera sobre sus estrategias del para combatir la violencia contra las mujeres.
No es su primer decálogo, pero éste, al igual que los anteriores, tendrá igual espacio en el basurero de la historia.
1.- Estoy contra la violencia en cualquiera de sus manifestaciones.
2.- Se debe proteger la vida de los hombres y mujeres.
3.- Es una cobardía agredir a la mujer.
4.- El machismo es un anacronismo.
5.- Se tiene que respetar a las mujeres.
6.- No a las agresiones a mujeres.
7.- No a los crímenes de odio contra mujeres.
8.- Castigo a responsables de las violencias contra mujeres.
9.- Garantizar la seguridad de las mujeres.
10.- Nuestro compromiso es garantizar la paz y tranquilidad de México.
“¿Cuántas acciones enumera el Decálogo? Ninguna. ¿Qué autoridad o autoridades se hacen responsables de atender la violencia de género? Ninguna.
¿Cuáles son los indicadores de desempeño para monitorear y medir el impacto del decálogo? Son inexistentes.
En suma, cero por las políticas públicas con perspectiva de género, con objetivos claros, medibles y precisos.
Cien por el sermón de (A)M(L)oisés desde el Monte Sinaí, mientras las mujeres y las niñas sufren y mueren.
@Canekin
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