Sin lugar a dudas algo que causa distanciamiento entre amigos e incluso entre familiares es el maldito dinero, esos amigos que después de recibir un préstamo ya no te visitan ni te contestan las llamadas o el familiar que se hace el ofendido si le cobras, es algo muy común.
Los clientes, a los que después de fiarles un bien o un servicio ya no te vuelven a comprar precisamente para no darte oportunidad de cobrarles, es algo que se da en todos los niveles o posición social.
Hace algunos años, cuando los políticos podían contratar de forma directa publicidad en radio y televisión se dio la oportunidad para que quedara acuñada una de las frases de don Alfredo Garza Garza, siendo mi patrón y concesionario de la XHPL-99.7 Radio Felicidad.
Cierto político se acercó a don Alfredo y le pidió que lo apoyara con publicidad para su campaña, servicio que pagaría al ocupar el puesto para el que se postulaba. El señor Garza accedió pues Acuña era un pueblo chico en donde todo mundo se conocía y hacer negocios de esta naturaleza era común, y además entre cuates.
El tiempo pasó, el candidato ganó y ocupó la posición de poder que el triunfo electoral le daba. Don Alfredo dejó pasar un lapso considerable y mandó un emisario para que hiciera la correspondiente cobranza, y le dijo “El dinero no me importa, pero que me pague”.
Ciertamente hay personas para las que el dinero no sea relevante porque tienen suficiente capacidad económica para absorber ciertas pérdidas o incluso para hacer donaciones, pero esa no es una buena razón para que la contra parte deje de cumplir con sus compromisos contraídos.
El hacerse de un capital de forma honesta requiere de tomar buenas decisiones, años de tenacidad, desvelos y capacidad para administrar los recursos que con el transcurso del tiempo y del esfuerzo se van acumulando, por lo que cumplir con la palabra empeñada habla bien de quien habiendo solicitado un favor económico o en especie cumple con el compromiso adquirido en tiempo y forma.
En resumen, es muy probable que la persona a la que le debemos tenga suficiente capacidad económica, pero eso no nos da derecho a no pagarle, pues nadie está dispuesto a renunciar a lo que con mucho o poco esfuerzo ha logrado en su vida.
Nos leemos pronto.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.
Juan Carlos Guzmán
Nacido en Mapimí, Durango, se desempeña en áreas administrativas privadas y públicas. Sus pasiones: La familia, viajar, caminar en el campo y correr.
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