En esta ocasión te platico que, así como dice el dicho, “un clavo saca a otro clavo”, les puedo asegurar también que “una historia saca a otra historia”. Y es que si se acuerdan de la historia del maestro Alejandro, quien por defender a sus compañeras de la Normal resultó ser muy poca pieza para un estudiante de la Narro en una función de box. Pues resulta que intentando conocer el nombre del estudiante de la Narro que noqueó de un solo golpe al futuro profesor, le pregunté a Miguel Ángel Leal si sabía de ese acontecimiento y del nombre del estudiante de agricultura que boxeó, a lo que me aseguró que no tenia ni idea, pero que tenia una historia sensacional para compartir.
Era el mes de junio de 1979 cuando se anunció la visita del boxeador David “El Macetón” Cabrera, campeón nacional de los pesos crucero a esta hermosa Ciudad de Saltillo, para realizar una función de box en apoyo a los niños del DIF. El campeón nacional tendría tres combates el mismo día en el mismo lugar: la primera de exhibición, contra un niño; la segunda contra un boxeador amateur, y la estelar contra un estudiante de la Narro.
Don Luis Amarillas “El Pescador”, manager de box de los Buitres, decidió que un pupilo suyo, quien había enfrentado en varias ocasiones arriba del ring a internos del penal y quien había ganado de manera reciente el Campeonato Saltillo, fuera el representante de la Narro, siendo este Víctor Armando Jaramillo Ramírez, mejor conocido como “el Búfalo”.
“El Búfalo” se preparó fuertemente para hacer frente a “El Macetón” en el duelo que se llevaría a cabo en el Estadio Olímpico. De hecho, el cuadrilátero fue colocado en la pista de arcilla.
El día llegó y Víctor, “El Búfalo”, llegó con hambre de triunfo, pues le habían prometido una bolsa de 35 mil pesos de aquellos. Iniciando la función, la concurrencia empezó a gritarle al boxeador profesional, diciéndole que llegaría un buitre para tumbarle los dientes, las porras para “El Búfalo” aumentaron de tono y volumen, motivo por el cual al terminar su pelea de exhibición con el niño, “El Macetón” se dirigió al respetable y les dijo: “Miren jóvenes, yo vengo a dar una función de exhibición aquí con este muchacho, él no es profesional, pero si creen que es muy bueno, tráiganmelo de una vez para ver quién es quién”.
Juan Vielma, compañero buitre, corrió al vestidor para avisarle a don Luis y al “Búfalo” que su pelea se adelantaba, momento en el cual le avisaban al mánager y al boxeador estudiantil que la bolsa no seria de 35 mil, sino de 500 pesos.
“El Búfalo” llegó al cuadrilátero para enfrentar a un campeón nacional de pesos crucero, enfurecido, cojeando de su pierna derecha por un accidente en motocicleta. Durante el primer round, el buitre logró esquivar una avalancha de golpes marcados por parte de “El Macetón”, a los que los estudiantes de la Antonio Narro le gritaban a su compañero: “Tú pártesela” y otras cosas más que no puedo decir, comentarios que sólo lograron encender aun más la ira de quien en 15 días pelearía por el campeonato mundial crucero. Ya para el segundo round y último, sin que “El Búfalo” supiera el motivo de la furia del campeón nacional, decidieron dar por terminada la pelea después de un gancho al hígado por parte de “El Macetón” al “Búfalo”, quien terminó en la lona.
Sin embargo, me asegura El Búfalo que la raza empezó a decir que fue una lucha muy pareja y que la única manera de haber medio empatado era matándolo.
A los quince días después de la exhibición de box, “El Macetón” perdió su pelea por el campeonato mundial crucero contra el norteamericano Marvel Camel. Por cierto, dijo Jorge “El Machorro” que todo fue una venganza de los dioses por haber derrumbado al Búfalo.
Esta es una historia que sucedió en Saltillo, donde los protagonistas fueron un campeón nacional de box y “El Búfalo” quien era buitre de la Narro. Pues que tanto se calentó “El Macetón” que hasta un mudo le gritó.
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