SALTILLO, COAH. –¿Entonces quieres o no ser Gobernadora?-
-…yo lo único que quiero ¡es más pay de limón! ¿Quién lo hizo?
Fue Sofi… es la receta de Sabina. Sofi aprendió y cada día le sale mejor. Hoy se puso toda la tarde y le quedó muy bien.
Oye, David ¿hace cuánto murió tu mamá?… ya hace algunos años ¿verdad?… En serio que está súper rico el pay con su receta.
¡Sofi, Sofi… Sofi!, llama Alejandra.
Sólo una veloz silueta por el pasillo. Apenas pudimos ver sus ojos profundos, claros destellos. Lienzo con apenas unos cuántos trazos y todo por escribir. Hoy no se incorpora a quienes conversamos, reímos y compartimos en la mesa.
Alejandra recuerda el empeño de la pequeña con los ingredientes. Es una de las cosas que más disfruta. Y cuando el reloj apura, hacer lo que más se disfruta es lo que vale.
La conversación, los acuerdos y desacuerdos, los proyectos. Son días para agradecer y pensar en mañana, y mañana.
Es fascinante cuando aguas de distintos cauces se cruzan y forman un solo cuerpo. Esta casa se construyó por esas mágicas coincidencias.
Es una niña muy veloz: de pronto sus ojos viajan tan rápido que se juntan con el cielo; de pronto sus ojos viajan tan rápido que se juntan con el pasto. En medio, este fugaz andar tan cuesta arriba.
¿Hay más pay?
Había… lo hemos terminado y seguimos riendo y conversando. Hacemos proyectos, hacemos listas, cada quien en su tiempo, distancia y circunstancia.
Esta noche hay quienes sólo pueden pensar en volver a hornear una vez más este pay de limón, el más delicioso pay de limón.
Y sí, es una niña muy veloz, la más veloz: Llegaste primero a donde todos vamos.
Buen viaje
Sofía García Díaz