Las cartas o recados de amor en el Día de los Enamorados, el mejor regalo en aquellos años del Siglo XX.
Muchos años después, cuando ya papá y mamá descansaban en el panteón de La Palmita, mi cuñada Margarita encontró en la vieja casa paterna las cartas de amor de aquellos enamorados en los tiempos de la Guerra Civll Española (1936).
Mamá sabía leer pero no escribir… pero para ello había cómplices y con ellos se burlaban todas las aduanas que imponían el respeto de los padres.
Una carta, un recado, una mirada, un baile a la luz de las lámparas de gasolina y el romance finalmente terminaba en boda.
La lluvia borra huellas, los años no borran los recuerdos de aquellos amores que se fortalecían con los recados amorosos, con las cartas prometedoras de matrimonio que ahí quedan en castañas viejas de viejos hogares.
Mucho han cambiado las costumbres en esas cosas del amor, menos el que el 14 de febrero se festeje ese rito de afectos, que veces trascienden y otras se pierden en el horizonte de la nada.
De cualquier manera, que VIVA EL AMOR y que vivan los recuerdos que quedan ahí como cicatrices del alma en el corazón de los enamorados.
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