China no se librará de la condena por haber demorado la alerta sanitaria una vez confirmados los primeros brotes de coronavirus, los cuales tomaron a todo el mundo por sorpresa y lo tienen sobre ascuas. Reporteros Sin Fronteras ha centrado su atención en tres ciudadanos que activaron las alarmas y fueron amordazados.
“La idea de que China es un modelo a seguir para contener la propagación del coronavirus (SARS-CoV-2) ganó terreno a medida que el caos se apoderaba de Europa y Estados Unidos. El fracaso de los sistemas sanitarios europeos y las erráticas declaraciones del presidente estadunidense Donald Trump apuntalaron la hipótesis. Así las cosas, el régimen comunista chino pasó de ser un ejemplo repudiable de censura a uno encomiable de asistencia y solidaridad. ¿Cómo sucedió? –escribe Gerardo Moyano en el bisemamario Espacio 4–.
“Para Ma Zhen, portavoz de la Embajada de la República Popular China en México, la suposición de que su país ‘carece de una prensa libre’ y ‘ocultó cifras reales’ de la epidemia responde a una ‘difamación (de) algunos políticos occidentales y medios de comunicación’, quienes atacan de ‘forma maliciosa a su régimen político’ (Reforma, 06.04.20).
“Si bien el funcionario alega que ‘el Gobierno chino siempre se ha conducido con una actitud abierta, transparente y responsable, informando oportunamente lo ocurrido a la comunidad internacional’, reconoce que ‘ante el virus desconocido, el Gobierno necesitaba tiempo para identificar y conocerlo; previo a emitir una alerta sanitaria, requería de hechos basados en la ciencia’.
“¿Qué ocurrió en ese interín? Reporteros Sin Fronteras (RSF) acusa que ‘en su obsesión por el control total sobre la información’, el Estado chino reprimió ‘implacablemente a todas las fuentes independientes’.
“En un informe titulado China-Coronavirus: Héroes de la Información que Fueron Silenciados (26.04.20), la organización no gubernamental (ONG) analiza tres casos de censura: el del doctor Li Wenliang, primero en denunciar la posibilidad de una pandemia de coronavirus; y los del abogado Chen Qiushi y del empresario textilero Fang Bin, quienes documentaron el caos en los hospitales y las calles de Wuhan. El primero, murió por Covid-19; los otros dos permanecen desaparecidos.
“RSF recuerda que Li Wenliang, un oftalmólogo del Hospital Central de Wuhan, donde se observaron los primeros casos de coronavirus en noviembre del año pasado, fue el primero en denunciar la posibilidad de una pandemia.
“El 30 de diciembre, Li compartió una foto de un test positivo de Covid-19 con exalumnos de la Facultad de Medicina en un grupo privado del servicio de mensajería WeChat, la cual se propagó rápidamente a través de la red de microblogging Weibo.
“Dos días después, Li y otros siete médicos del hospital fueron interrogados. ‘A Li lo interpelaron durante varias horas y, el 3 de enero, la policía lo obligó a firmar una declaración reconociendo que había difundido rumores falsos’, recuerda RSF.
“El 1 de febrero, Li dio positivo en Covid-19 y falleció seis días después. ‘Las publicaciones en internet que anunciaron su muerte recibieron más de mil 500 millones de visitas en Weibo.
“Su foto con una mascarilla facial recorrió la blogosfera de China con un hashtag indicativo del estado de ánimo de la población china y su sensación de estar amordazada. El hashtag #WomenYaoYanlunZiyou, que significa ‘Queremos libertad de expresión’, fue utilizado en más de 2 millones de publicaciones antes de ser censurado’, señala RSF”. (Texto completo en http://www.espacio4.com)
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.