Hace meses escuché que un diputado local panista de Torreón expresó con tristeza su sentir sobre nuestra ciudad así: “Torreón parece una ciudad derrotada”.
¿Qué soluciones habría, de ser cierta esa percepción? El empresario afirmará: “faltan inversión y empleo”.
El político rebatirá, “quizá, pero sobre todo necesitamos mayor atención del Gobierno Estatal y Federal”.
Pero el líder de opinión precisará: “ambas cosas son importantes, pero la esencial es esta; necesitamos estar más unidos y ser menos indiferentes con nuestra tierra”.
Las dos primeras respuestas ponen el futuro de Torreón en variables externas y aleatorias. La tercera no.
En ésta, el futuro de los torreonenses descansa en ellos mismos: en sus fuerzas identitarias, sus saberes acumulados y sus historias construidas desde la fundación.
Esta tercera respuesta define -en gran parte- el éxito de las 2 primeras. Un Torreón con ánimo derrotado, difícilmente afirmará su vocación productiva y diversificada; tampoco tendrá la energía para exigir a las autoridades estatales y federales un mejor futuro para la ciudad.
En cambio, un Torreón unido y orgulloso de sí mismo, tendría la capacidad de honrar -más allá de cualquier ánimo regionalista- su identidad, su cultura y su historia para amar y comprometerse con el presente y el futuro, económico y político, de su ciudad.
El tema de fondo no es la economía o la política, sino la actitud mental colectiva de los torreonenses. En ese sentido, las preguntas centrales son ¿Cómo sanar ese orgullo dolido, esa identidad maltrecha, esa unidad deshilachada, esa falta de amor por nosotros mismos y esa ausencia de esperanza por nuestra tierra?
¿Cómo pasar de la supervivencia individual a ser parte de la esperanza colectiva?
En la siguiente entrega, propondré una respuesta a esas preguntas.
La que fusiona distintas metodologías exitosas, que fueron utilizadas en Chicago y Oakland, Estados Unidos y en Medellín, Colombia, para construir y aterrizar con sus habitantes un futuro esperanzador para sus respectivas ciudades.
(Continuará).
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