En esta ocasión te platico la historia de un objeto visto por casi la totalidad de los saltillenses y de quienes visitan esta hermosa ciudad, me refiero a la «campana castigada» de nuestra Catedral.
Hay muchas historias emblemáticas en nuestra hermosa ciudad de Saltillo, pero pocas tan enigmáticas como la de la campana castigada, historia que de manera fabulosa narra mi amigo don Carlos Gaytán, y de cuyos textos pude conocer esta historia para compartirla con ustedes.
Nuestra Catedral de Santiago, cuya construcción inició en el lejano año de 1745 y cuyas torres se terminaron de levantar hasta el 26 de febrero de 1897, cuenta con treinta y nueve campanas, pero una, una es especial: la «castigada».
En el siglo pasado, el campanero responsable de hacer sonar las campanas era don Polo, quien ya para el año de 1940 contaba con sesenta años a cuestas. A esa edad, su agilidad y movilidad no era la misma y el tocar todas las campanas a las 12 horas del mediodia le era complicado, por lo que tenia varios ayudantes, entre ellos un joven de apenas 18 años.
Un día, cuando el sol se encontraba en lo más alto, cuando el astro rey provocaba el calor más avasallor del día, el jovenzuelo ayudante del campanero principal, al girar una campana para tocarla, no pudo salir a tiempo siendo golpeado con el contrapeso de la campana en su cabeza, encontronazo que ocasionó de manera inmediata su muerte.
Durante el duelo por la muerte del joven campanero, los canónigos de la Catedral decidieron castigar a la campana, quitándole el badajo, la pieza generalmente de metal que se encuentra en el interior de la campana y cuyo golpeteo provoca el sonido de las campanadas. Pues bien, volviendo a la historia, además de quitarle el badajo le pintaron un cruz en señal de la muerte que había ocasionado. Hoy esta campana, que tal vez fue fundida en el año de 1897 o poco antes, elaborada con bronce y estaño y que pesa casi dos toneladas, descansa, castigada, en el atrio de nuestra hermosa catedral de Santiago.
Esta es la historia de una campana que ocasionó la muerte de un joven e inexperto campanero, si en alguna ocasión visitas el Centro Histórico de nuestra hermosa ciudad de Saltillo, y decides ver la «campana castigada», no lo dudes, se encuentra casi enjaulada y para que puedas identificarla es la que esta fracturada.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.