AMLO no va a castigar la corrupción que existe en su gobierno, sería en los hechos aceptar que también son corruptos.
Cuando la oposición reclama la inacción de este gobierno en los casos de corrupción, por ejemplo, Segalmex que casi duplica los montos de la llamada “Estafa maestra”, o el mediático caso de Pío López Obrador o la llamada Casa Gris, parece no querer entender lo que significaría para este gobierno el hacer tal cosa.
En principio, el actual gobierno no busca legitimarse, se siente legítimo per se, gracias a las elecciones del 2018, algo muy diferente a los gobiernos priistas, que requerían urgentemente de esa legitimidad que pensaban les daban los acuerdos con la oposición.
Pero la realidad es que esos gobiernos priistas nunca lograron nada al respecto, inclusive, desde mi perspectiva y pensando en lo estrictamente político electoral, los mayores errores del gobierno de Peña Nieto tienen que ver, precisamente, con esa búsqueda de legitimidad.
Por ejemplo, cuando Peña Nieto se decide atacar la corrupción, simplemente “corrobora lo que todos sabíamos” que “los priistas son por naturaleza corruptos”, de ahí que se haya hecho famosa aquella fotografía en que se encuentra la camada de gobernadores priistas que rodeaban a Peña Nieto y la mayoría de los cuales acabó en la cárcel, perseguidos por el gobierno priista mismo.
Por otra parte, cuando Peña se decide a ser un estadista y negocia con los otros partidos para sacar adelante las reformas que en teoría se necesitaban para hacer crecer al país o cuando asume que dejar al libre mercado el precio de las gasolinas, independientemente de los efectos electorales que tendría sobre su partido, volvió a “corroborar lo que todos sabíamos” que “al PRI no le importa la gente, sino solo las élites”.
Esos comportamientos en un país en que cada tres años hay elecciones tienen un costo, el cual se expresa generalmente en las urnas.
Desde esta perspectiva, si López Obrador la emprendiera con aquellos de sus colaboradores que han caído en conductas corruptas y los llevara a la cárcel, simplemente “corroboraría que sí, son iguales” con el consiguiente resultado de que acabaría con la parte de su capital político que tiene que ver con ser “la esperanza de México”.
Sí AMLO mete a la cárcel a alguno de sus colaboradores debido a que se comprueben actos de corrupción, se vería que él también es corrupto, ya que ha insistido que el presidente esta enterado de todo lo que se hace, de los grandes negocios.
Pero también rompería con la promesa de que si él no era corrupto, nadie de sus colaboradores lo sería, pero, a contrario sensu, si hay corruptos en su equipo, él también lo sería por no haber dado el ejemplo necesario.
Así es que no hay por qué pensar que se llevará ante la justicia a algún colaborador de la 4T, al menos no mientras Andrés Manuel sea presidente, él sabe, como lo viejos priistas que si se acepta una corruptela, se aceptan todas.
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Juan Palacios
JUAN PALACIOS es educador de profesión, periodista por vocación. Editorialista en La Moneda, ABC, El Porvenir y Radio Alegría, en Monterrey.