Clara vive en Viesca, Coahuila, y su profesor le contó sobre la Uma exsul, una lagartija endémica de las Dunas de Bilbao. Junto con su abuela emprenderán su excursión a esta área natural en busca de conocer más acerca de su biodiversidad.
Por AMONITE / Laura Puentes
Ilustración: Carolina Robles
Clara siempre había puesto atención a sus clases de biología pero aquel día le despertó una gran curiosidad cuando su maestro les habló de una lagartija muy particular que solo existía en los sistemas de dunas del sureste de Coahuila. En particular en el municipio de Viesca, en la zona conocida como las Dunas de Bilbao, muy cerca de la región donde ella vivía.
Durante todo el año escolar había escuchado a su profesor explicar sobre osos, tortugas, aves y un sinfín de animales de diversos ecosistemas. Pero ese día, cuando él les habló de la “lagartija nadadora”, cuyo nombre científico es Uma exsul, comenzó a imaginarse al animalito como un pez con una cola larga y de color verde que nadaba por la arena. Pero muy pronto descubriría que ese ser vivo sería completamente diferente.
Ese día al llegar de la escuela, le platicó a su abuelita sobre lo que había aprendido en la clase. Clara disfrutaba de hablar de animales con su abuelita porque ella había sido profesora de biología hace muchos años.
—Hoy, abuelita, el maestro explicó sobre una “lagartija nadadora” que es originaria de las Dunas de Bilbao, esas que quedan muy cerca de aquí. Nos explicó que es una especie endémica de la región y que además está en peligro de extinción. Su nombre es Uma exsul, pero es conocida como la “lagartija nadadora” o “lagartija arenera”.
Su abuelita la escuchó con mucha atención, y al ver el interés que tenía en aquella especie, le propuso que cuando saliera de vacaciones la llevaría a conocer las Dunas de Bilbao. Y si tenían suerte tal vez podrían verla.
—Ya muy pronto saldrás de vacaciones Clarita, entonces, ¿qué te parece si una día vamos a las Dunas de Bilbao?
Clara se emocionó mucho por la idea de la abuela y accedió gustosa.
—¡Si! Me encantaría ir abuelita y verla en vivo y a todo color.
—Muy bien Clarita, entonces hay que prepararnos mucho para el día que vayamos a las dunas.
Conforme pasaba el tiempo, en su calendario contaba los días que faltaban para salir de vacaciones y todas las mañanas le decía a su abuelita cuántos restaban para la tan esperada fecha.
Mientras Clara estaba en la escuela, su abuela en su tiempo libre leía libros donde venía información de la “lagartija arenera” y también investigaba en internet. Sabía que su nieta estaba muy interesada, así que decidió prepararse muy bien para el día de la excursión explicarle más sobre la Uma exsul y el ecosistema donde vive.
En la escuela, Clara le contó a su profesor de biología el plan que tenía con su abuelita para vacaciones, le platicó que la llevaría a conocer las Dunas de Bilbao y que además esperaba poder ver a una Uma exsul.
—¡Es una excelente idea, Clara! Qué bueno que conozcas los ecosistemas que son parte del entorno donde vives. Aunque estamos cerca de las Dunas de Bilbao los habitantes de Viesca y de nuestro estado conocemos muy poco de la enorme riqueza natural que se esconde en ese lugar.
—Mi abuelita dice que en las dunas hay muchos animales y plantas que no existen en otros lugares del mundo.
—Tiene mucha razón tu abuelita, Clara.— Le dijo el maestro asintiendo con la cabeza.
El gran día
Después de varias semanas de espera, las vacaciones escolares llegaron. Clara estaba muy feliz porque muy pronto iría a las dunas con su abuelita. Ese día llegó corriendo a su casa, buscando a su abuela para darle la noticia de que ya no iría a la escuela.
—¡Ya llegué abuelita! ¡Ya estoy de vacaciones! ¿Cuándo vamos a ir a las dunas?
—Este domingo mi niña.— Le respondió su abuelita desde la sala.
Clara brincó de la emoción, y con su mochila puesta en la espalda, corrió a su cuarto para preparar todo para su visita a las Dunas de Bilbao.
El domingo, Clara se despertó muy temprano, alistó la mochila donde llevaría todo lo necesario para ir a las dunas. Guardó una botella con agua, bloqueador solar, un libro que le prestaron en la biblioteca donde viene información de la Uma exsul, una linterna, una libreta, plumas, lápices y una pequeña cámara fotográfica que le habían regalado en su cumpleaños.
La Uma exsul tiene una bandas amplias de color negro que van desde el vientre hasta la cola, además cuenta con unas aberturas auditivas y una sola mancha negra sobre el abdomen. Las hembras adultas miden más de 55 mm y los machos adultos miden más de 70 mm.
Mientras tanto, su abuelita ya tenía el desayuno hecho. Además, ya había preparado bocadillos para llevar y comer en las dunas más tarde.
—Ya solo acaba de desayunar y lávate los dientes para irnos a tomar el autobús.— Le dijo su abuelita mientras recogía su plato de la mesa.
—Si abuelita, ya solo me falta un bocado y voy corriendo a lavarme los dientes.
Ya con todo listo, Clara y su abuelita se dirigieron a la central de autobuses donde tomarían la ruta que los dejaría a las afueras de las Dunas de Bilbao.
Una excursión a través de la arena
Al llegar, Clara quedó maravillada por el paisaje que veía.
—No pensé que las dunas de arena se verían tan impresionantes. Y pensar que estaba bien cerquita de la casa, abuelita.
—Así es Clarita, muy cerca de nosotros tenemos este maravilloso ecosistema que es parte del desierto de México.
Aunque apenas iba a ser mediodía los rayos del sol quemaban y la temperatura en esa zona oscilaba entre los 40 grados.
Clara y su abuelita entraron, pagaron la cuota que se pide en el acceso y caminaron por las dunas. Así comenzó su día de exploración silvestre.
—La Uma exsul tiene una bandas amplias de color negro que van desde el vientre hasta la cola, además cuenta con unas aberturas auditivas y una sola mancha negra sobre el abdomen. Las hembras adultas miden más de 55 mm y los machos adultos miden más de 70 mm. Para que pongas mucha atención por si ves alguna. Creo que te será más fácil ver un macho.
—Si abuelita.— Respondió Clara mirando fijamente el suelo arenoso.
—Estas dunas se formaron hace millones con depósitos de arena que traían los ríos Nazas y Aguanaval. Por eso es un hábitat vulnerable, Clarita, porque aunque uno piense que en los desiertos no existe vida, eso es totalmente falso. En estos ecosistemas viven especies de flora y fauna que han desarrollado un sistema de adaptación natural excepcional.
Nadar en las arenas del desierto
—Abuelita, y la Uma exsul, ¿cómo nada en la arena?
—No hijita, la Uma exsul no nada. Se le dice así porque sus patas se adaptaron para que pudiera correr a una velocidad muy rápida y esto para el ojo humano da la impresión como si nadara.
Estas dunas se formaron hace millones con depósitos de arena que traían los ríos Nazas y Aguanaval. Por eso es un hábitat vulnerable, Clarita, porque aunque uno piense que en los desiertos no existe vida, eso es totalmente falso. En estos ecosistemas viven especies de flora y fauna que han desarrollado un sistema de adaptación natural excepcional.
—¡Ah! Ya entendí. Sus patas le ayudan a que se mueva con más facilidad en las dunas.
El azul del cielo brillaba sobre el horizonte, era un día despejado. Clara y su abuelita seguían en la búsqueda de poder ver a una “lagartija arenera”, se detuvieron un poco para refrescar y luego seguir su exploración, pero muy cerca de ellas vieron lo que parecía ser una madriguera. Ambas miraron fijamente aquel pozo.
—Es posible que salga de ahí una Uma exsul. Aunque son capaces de hacer sus propias madrigueras, prefieren esconderse en las hechas por otro animales. Incluso si no encuentran madriguera, cuando son perseguidos por depredadores como los correcaminos, verdugos, coyotes, cuervos o serpientes, son capaces de esconderse en las raíces de los arbustos o de enterrarse en la arena.— Explicó la abuelita.
También le contó que la “lagartija nadadora” se alimenta de insectos como moscos, además come plantas y flores, pero lo importante es que si llega a faltar en la cadena trófica, sería fatal para todo el ecosistema de dunas. Cada especie cumple un papel fundamental para tener el sistema de dunas en equilibrio.
De pronto, se sorprendieron al ver frente a ella a una auténtica Uma exsul. Clara no perdió el tiempo y en seguida le sacó varías fotografías con su cámara.
—Mira abuelita, hasta parece que sabe que le estoy tomando fotos.— Dijo Clara muy emocionada.
Un ecosistema en peligro
Luego de tomar aquellas fotos decidieron ir a la parte donde había más personas y buscaron un lugar donde sentarse y comer. Luego comenzaron a ver como llegaba gente que traía motos y otros vehículos para pasear en las dunas.
Aunque son capaces de hacer sus propias madrigueras, prefieren esconderse en las hechas por otro animales. Incluso si no encuentran madriguera, cuando son perseguidos por depredadores como los correcaminos, verdugos, coyotes, cuervos o serpientes, son capaces de esconderse en las raíces de los arbustos o de enterrarse en la arena
—Abuelita, ¿está bien traer esas motos a las Dunas de Bilbao?
—Es una actividad turística que han promovido las personas de aquí. Pero no es bueno, está área debe ser protegida porque en este ecosistema desértico frágil hay flora y fauna que debe ser cuidada para que no desaparezca.
—Así como la Uma exsul. ¿Recuerdas que el maestro nos contó que esta está en peligro de extinción?
—Si Clarita, la Uma exsul está seriamente amenazada por las motocicletas que vienen a las dunas.
—¿Qué podemos hacer para protegerla abuelita?— Le preguntó Clara muy afligida.
—Es importante concientizar y dar a conocer a la gente que en los sistemas de dunas de Coahuila hay especies que no viven en ninguna parte de México. Y que no podemos permitir que desaparezcan, porque si eso pasa sería una marca muy vergonzosa para la región.
—Yo quiero cuidar a la Uma exsul y a todas las especies de las dunas abuelita, voy a estudiar mucho biología para volverme su protectora.
—Confío en que así será hijita. Y ojalá todos nos volvamos protectores de nuestros ecosistemas desérticos.
Empezó a bajar el sol y esto era señal de que muy pronto llegaría el atardecer. Clara y su abuelita esperaron unos minutos a que llegara el autobús que las llevaría de regreso a casa.
Mientras se alejaba el camión, Clara no dejaba de ver por la ventana y pensar todos los secretos naturales que esconden aquellas misteriosas dunas de arena.