Hace tres días, en Chilpancingo, Guerrero, Andrés Manuel López Obrador atribuyó la autoría del texto “Los Sentimientos de la Nación”, escrito por José María Morelos y Pavón, a Vicente Guerrero y a Andrés Quintana Roo.
Ante tal exabrupto, Brozo el payaso tenebroso lideró el estallido en redes sociales: “AMLO está en campaña. Si está en Guerrero, Guerrero es el autor de Sentimientos de la Nación. Si está en Hidalgo, pues lo escribió Hidalgo. Si está en Puebla, pues lo escribió Barbosa. Y así… Pobre siervo de la nación, quedó como nombre de avión rifado”.
La pregunta es una: ¿es AMLO tan torpe o imbécil como para cometer tantos errores al hilo? No, por el contrario. Su inteligencia política ha definido la narrativa política y la agenda mediática del país, desde antes de llegar al poder.
Esa es una de las razones, por la cual, la frágil oposición partidista, empresarial y de la sociedad civil, ha sido incapaz de reconstruir una narrativa alternativa, más allá de la polarización basada en el miedo y el enojo viscerales.
Lo mismo ocurre, mayormente, en redes sociales y medios de comunicación. De una manera u otra, ambos reaccionan ante el chistorete mañanero, la ocurrencia del día o la debilidad manifiesta de un presidente no interesado en gobernar, sino en mantenerse en el poder a toda costa.
¿No habrá llegado ya el momento de alejarnos de ese pensamiento reactivo –en el sentido emocional y político– para pasar a un pensamiento proactivo que nos fuerce a repensar esa narrativa alterna de país que refleje –más allá de la polarización– la organización articulada, a nivel nacional, de los millones de mexicanos que poseemos otra visión de país?
El caldo de cultivo empieza a hervir: AMLO no tendrá suficiente dinero para mantener en 2024 sus programas sociales o electorales destinados a 22.5 millones de mexicanos. Hay 2.2 millones de burócratas indignados. Hay cientos de miles de empresarios abandonados a su suerte. 3.4 millones de mexicanos están desempleados. La economía mexicana tendrá una contracción del 12 por ciento en 2020 y tardará en recuperarse –al menos 4 años–. 69 millones de mujeres –en su mayoría– están molestas por el trato recibido por AMLO. Y su gabinete está fracturado.
El gran reto de una oposición –todavía incipiente– consistirá en desprender esos alfileres con una narrativa alterna –proactiva– que posea la capacidad de ir más allá de la polarización social.
¡Llegó el momento de repensar el México alterno que queremos! Más allá del pasado neoliberal inmediato y de la presente, pero fallida 4T.
¿Seremos capaces?
@CaneKvin
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.