‘LO NUESTRO, SON LOS SONIDOS DEL SILENCIO’

+ AMCSA Y LA CONEXIÓN HUMANA

Cuando uno de los sentidos se apaga, la sabiduría de nuestro cuerpo activa otras zonas tratando de sustituir lo necesario para ser funcionales en un mundo cada vez más dinámico y devorador de nuestro tiempo y energía.

Quienes nacen sin audición o la pierden (aceleradamente o de forma lenta pero progresiva), ya sea por factor de nuestra propia biología o por elementos externos, viven un mundo un tanto distinto al resto. En ese silencio hay sonidos que se perciben de forma distinta, con el corazón, con el espíritu, con la piel. Es ahí donde nace la comprensión, voluntad, resistencia y tolerancia, para ayudarlos a adaptarse lo mejor posible a la vida cotidiana. Durante las interminables horas en las aulas de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León supe muy temprano que ser parte del equipo que ayuda a las personas a superar sus problemas de salud, sería mi misión, mi forma de vida, más que un trabajo.

En mi desempeño profesional fui descubriendo esos sonidos del silencio y la forma de encausarlos para ayudar a las personas a una reintegración familiar, social y laboral, para ser una pieza de esa maquinaria que les permite disfrutar al máximo de la vida.

Son 29 años los que ese sueño de ayudar se transformó en misión, así fue como nació Audiological Medical Center (AMCSA) en Monterrey. Iniciamos con Lori Medical Labs Corporation este proceso que ha ido evolucionando cada cinco años de manera significativa. 

Parecía en aquellos años que la globalización apagaría este sueño, pero superamos eso, devaluaciones, pandemias… y, siempre buscando seguir, soltamos lo necesario para mantener el barco a flote. “Viaja ligero”, lema que nos ha ayudado a seguir en camino del cuidado de nuestros pacientes.

Para mi fortuna, tuve a doña Rosario y don Miguel, mis abuelos, hasta los 98 y 104 años de edad. Mientras la salud y las condiciones lo permitieron, ella me acompañó en cada inauguración y aniversario de los consultorios de AMCSA. Ambos me enseñaron la sensibilidad con que se debe tratar a las personas en su rango de edad, aunque ellos mantuvieron una salud auditiva extraordinariamente envidiable. Aún así, cuando se acercaba a sus 100 años de vida, mi abuelo sufrió un poco con su audición, así la vida me permitió regresarle aunque sea un poco del amor que siempre tuvo para toda su familia y le adapté un par de auxiliares. Ella –también increíblemente para muchos– nunca necesitó de este tipo de ayuda, acaso en sus últimos meses batalló un poco, pero manejó la situación sin necesidad de apoyo de la tecnología.

Es invaluable la oportunidad de ayudar a los padres de mis amigos a reintegrarse social y familiarmente; a los pequeños hijos de algunos de ellos. Y con los años… a algunos de ellos mismos, pues el tiempo obra de ciertas formas en las que nos hace valorar en su justa dimensión el sentido del oído. Presenciar la maravilla de regresar los sonidos, es un regalo de la vida.

Cercano a las ocho décadas, mi padre requirió ayuda. La satisfacción de colocarle los auxiliares y apoyarlo en la reconexión a las actividades diarias es también un momento que atesoro.

Entre sus lecciones de vida, mis abuelos me dejaron que nada suple una charla personal, quizá con café y pan de por medio, pero principalmente con el privilegio de la comunicación directa, de esa conexión humana inigualable e insustituible, ya sea con palabras o esos sonidos del silencio.

Hoy, estamos en Monterrey y Linares (en Nuevo León); Saltillo y Monclova (en Coahuila), y en Puerto Escondido, en Oaxaca. Caminamos rumbo a nuestra tercera década cuidando de tu salud, y lo hacemos con amor y la pasión de siempre, que nos distingue de los demás, pues a diferencia de los otros, AMCSA se preocupa y ocupa de la rehabilitación auditiva integral, en luchar incansablemente para hacer posible ese milagro de volver a oír.

Ofrecemos lo mejor en tecnología, apoyo, soporte, acompañamiento y responsabilidad, pero sobre todo, nuestro compromiso es la conexión humana, en un mundo que pareciera cada vez más empeñado en alejarnos de ella.

DR. RAYMUNDO MENDOZA RECÉNDEZ, Director General de AMCSA.