Suena la primera estrofa de “Los Caminos de la Vida” de los Diablitos de Colombia a ritmo de cumbia vallenata.
“Los caminos de la vida no son como yo pensaba,/ como los imaginaba, no son como yo creía./ Los caminos de la vida/ son muy difícil de andarlos,/ difícil de caminarlos/ y no encuentro la salida”.
Un TikTok de Jericó Abramo Masso –hasta hoy diputado federal priista– aparece en una pantalla gigantesca. Bien trajeado, él gesticula mientras camina hacia la cámara. Sus palabras no se escuchan, pero de repente, aparece una frase en colores café claro y naranja: “¡Abajo la Cúpula!”. Seguida por: “¡Soy militante! ¡Soy pueblo! ¡Soy Jericó!”.
La música para, el TikTok también. Suenan ahora las trompetas bíblicas (¡seguro!) que tumbaron después de siete días de asedio las murallas de Jericó. Empero, ahora con un giro electoral, desde la pantalla con fondo blanco, surge esta frase en letras negras: “Las murallas de la cúpula caerán. Jericó”.
Desaparece la frase. Vuelve la oscuridad por siete segundos y, de repente, Jericó aparece en un video.
Está parado en la cima de una montaña de Zapalinamé. Mira hacia el horizonte –con rostro petrificado cual busto de prócer de la patria. El cielo es luminoso y claro. Los pinos y su outfit (chamarra de cuero café claro, pantalones de mezclilla deslavada, calcetines naranja y botas camperas– encajan de manera sutil en el entorno de la naturaleza.
La imagen permanece; mientras suena la canción, “Paso a Paso”, interpretada por Los Tigres del Norte.
“Paso a paso subí la escalera./ Despacito peldaño a peldaño./ No hubo fuerza que me detuviera,/ aunque para ello tardé muchos años”.
¿Qué pasa por la mente de Jericó –en esa posición que hasta el mismo Hamlet envidiaría, cuando en el tercer acto, escena uno, se interrogó: “¿Ser o no Ser? Ese es el dilema”– para evidenciar, en el caso de Jericó, la tensión entre su voluntad y la realidad, que le carcome las entrañas por dentro?
Jericó piensa: “A la chingada la cúpula, es ahora o nunca. La historia política de Coahuila marca un recambio generacional en 2023. Con o sin respeto a mis contrincantes morenos. Javier Guerrero y Armando Guadiana están out (palabra adecuada para atraer electores millennials, recuerda el consejo de su mercadólogo electoral). En 2023, estaré en la boleta con Manolo y ocuparé el lugar de Luis Fernando Salazar (Morena) o Ricardo Mejía (Movimiento Ciudadano). Inclusive, hasta podría borrar a ambos y abanderar una alianza entre Morena y Movimiento Ciudadano”.
“Pero, pura tiznada que me esperaré hasta 2035, para contender de nuevo por la gubernatura, porque la de 2029 será una gobernadora mujer. ¡Ni madres! ¡Es ahora o nunca, Jericó (empieza a referirse a sí mismo en tercera persona, porque su mercadólogo le insiste hacerlo para reforzar su autoestima en tiempos tempestuosos y, por ende, inciertos. Batalló para convencer a Jericó, quien es un hombre sencillo, hasta que le demostró el uso estratégico de la tercera persona en Joe Montana, Jericó es fan de los 49ers, Kim Kardashian, Bad Bunny y Kanye West)!”.
“Tranquilo, Jericó (continúa para sí mismo), que tú dividirás al PRI estatal en dos y aprovecharás la progresiva extinción del PRI nacional; además, Jericó, tú bien lo sabes: ningún candidato de Morena o Movimiento Ciudadano tienen tu carisma o tu rentabilidad electoral. Tú te cueces aparte, mi rey. Sí, ¡a la tiznada la cúpula que Jericó is in the house, man (otra frase para capturar el voto millennial –aunque fresón– que significa ‘Jericó manda en esta casa, papá’)!”.
Acaba el video. Regresa la oscuridad y el silencio.
¿Qué caminos se abren a Jericó en esta encrucijada que pudieran representar, sin matices, de por medio, la vida o la muerte política para él?
Desde la oscuridad suenan, de manera casi inaudible, estas líneas de “Los Caminos de la Vida”.
“Por eso te pido a ti, mi Dios del cielo/ para que me guíes al camino correcto”.
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