En esta ocasión te platico que el día 12 de julio de 1929 se armó un gran alboroto entre las autoridades y los músicos de esta hermosa Ciudad de Saltillo.
Siendo Presidente Municipal el Sr. José Pérez Treviño, dio la órden a los mandos policiales para sancionar e infraccionar a los músicos que estuvieran tocando o cantando en el Centro de aquella pequeña pero hermosa Ciudad de Saltillo de la primera mitad del siglo pasado. La autoridad del Municipio fue enfática al señalar que los músicos sólo podían prestar sus servicios en la Zona de Tolerancia, bien dentro de alguna cantina o en la orilla de esta área, no más allá.
Pero dejeme explicarle estimada y estimado saltillense que en aquellos años la Zona de Tolerancia no se econtraba donde está actualmente, sino en los rumbos de lo que hoy es el mismísimo Centro Histórico, específicamente por la calle de General Cepeda y Venustiano Carranza, calle que al paso del tiempo le cambiaron el nombre por el de Gral. Manuel Pérez Treviño.
Pero volviendo a la historia y dejando de lado las ubicaciones que ha tenido ese lugar de entretenimiento y esparcimiento para adultos, los músicos no querían acatar la instrucción dada por las autoridades, ya que ellos, los hijos del Dios Apolo, quien es el Dios de la Música en la Mitologia Griega, afirmaban que contaban con permiso de música ambulante, y que en ninguna parte de la ley o reglamento estaban estipuladas las multas.
Dicen que en realidad el problema era que al señor Alcalde no estaba de acuerdo con la imagen que daban los músicos que deambulaban por todo Saltillo. Los músicos por su cuenta tuvieron que seguir cantando, eso sí, evitando riesgos y peligros, tocando sus instrumentos musicales dentro de cualquier burdel para así ganar su sustento sin infraccionar la ley.
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