Hoy les vengo manejando lo que viene siendo una fotografía de mi abuelo Santiago Guerra, al quien nunca conocí.
Él hizo la primera adaptación del libreto para la representación de La Pasión de Cristo, en Iztapalapa, y durante 40 años representó a Poncius Pilatae, por lo cual hay algunos estudios académicos sobre él.
Mi abuelo tuvo el atino de contribuir a crear esta tradición en un momento que su comunidad corría el riesgo de desmoronarse ante los retos planteados por la urbanización y la modernidad.
Él dedicó su vida devotamente a esa actividad performativa y al comercio.
Tuvo dos familias y fue un padre desobligado con su numerosa prole, por lo que nadie de su descendencia habla mucho de él.
Sin embargo, los indígenas tenemos la obligación de honrar la memoria de nuestros ancestros y eso me permite reconciliarme un poco con los míos.
Mi abuelo parecía directamente bajado del Cerro de la Estrella, de Iztapalapa, pero en su familia se sienten medio españoles, como cada familia tonta que hay en México.
Lo que sí es cierto es que mi abuelo tenía unos antepasados Guerra, de Nuevo León.
Es una pista que me ha obsesionado bastante, me gustaría hacer la investigación genealógica yo misma, pero creo que ya me estoy haciendo a la idea de que tendré que pagarle a alguien para que la haga.
A mí ya no me tocó aprender el nahua tlahtolli, pero estoy orgullosa de mis ancestros.
Este texto es responsabilidad única, exclusiva y total del autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx
Adela Cedillo
Doctora en Historia de América Latina por la Universidad de Wisconsin-Madison Es licenciada en Historia y maestra en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado artículos en revistas indexadas y de divulgación y capítulos en obras colectivas sobre la guerra sucia mexicana, las organizaciones armadas revolucionarias, los derechos humanos y la guerra contra las drogas.
Tw @Eliseirena