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Mi viejo Torreón

Siempre quise escribir unas líneas de mi viejo Torreón, ese que conocí de pequeño, ese que caminé de las manos de mis abuelos y tías, aquellos generosos familiares que la vida me dio y vivían en la Colonia Martínez Adame, cerca del bulevar Independencia.

Mi viejo Torreón, aquel que yo conocí para ir a comprar una agua Celis o una de raíz, ahí en la plaza de la Morelos, entre la Valdez Carrillo y Cepeda, acompañada de un “cuadro de nieve” o de un chicharroncito de harina.

Ese viejo Torreón, que caminé muchas veces, donde dejé muchos amigos. Aquel Torreón que recuerdo con agrado y nostalgia, a donde me mandaban a comprar verdura a la “Alianza”, solo, solito, sin que nadie me “dijiera” nada; el de ir a comer al Centro tacos de tripas con mi papá, de ir al cine Nazas o Variedades a ver varias veces Supermán, ese viejo Torreón que yo conocí.

Para conocer y vivir la historia de Torreón, el sector poniente es recorrido obligado por ser el sitio en el que se gestan las primeras colonias de esta ciudad. Este sector alberga imágenes y olores de una ciudad que inició vestigios de viviendas y empresas que secundaron la llegada del ferrocarril y germinaron la ciudad que hoy alberga a miles de personas.

A sus alrededores están viejas casonas centenarias, con todo y las huellas que les ha dejado el paso del tiempo, pero aún de pie. Para ver aquel Torreón naciente o imaginar cómo fue, basta acudir a la Calzada Industria, ubicada a espaldas de lo que fue la Hilandera La Fe.

En este lugar hay una hilera de estas majestuosas construcciones, caracterizadas por los grandes ventanales, gruesas paredes, puertas arqueadas y su gran amplitud.

La llegada del ferrocarril va a cambiar para siempre la historia del modesto rancho llamado Torreón, pues gracias a esto empiezan a instalarse las empresas.

“Aquí se van a cruzar los ferrocarriles y la Comarca Lagunera y Torreón, se van a volver el nodo de varias regiones del País y un cruce ferroviario estratégico”, contaban los lugareños.

El primer plano abarcaba desde el sector Alianza hasta la calle Ramón Corona. Este será el Centro de Torreón en el que se van a levantar comercios, las primeras casas-habitación, hoteles, bancos y la primera plaza.

Sin embargo, la construcción de las primeras colonias de Torreón va a ser provocada por las grandes empresas que se instalaron hace más de 100 años: La Unión, La Fe, La Constancia, La Compresora y La Alianza.

Esas empresas que dieron grandeza a Torreón y que abrieron como un surco, así como abrían los canales en medio del desierto, en medio de las zonas semiáridas para conducir el agua del Río Nazas, pues estas grandes empresas van a dar pie a que se construyan las primeras colonias de Torreón.

Otros barrios emblemáticos fueron La Constancia y San Joaquín. Esas colonias las impulsó Joaquín Serrano, uno de los grandes y visionarios empresarios de Torreón.
Dicen que Serrano era un español que hizo fortuna en estas tierras y decide comprar terrenos con la finalidad de donarlos a sus trabajadores para que vivieran en el llamado sector de las fábricas.

“Por eso los colonos en agradecimiento nombrarían esa colonia ‘San Joaquín’, porque era su santo patrono, era el proveedor de vivienda de manera gratuita para sus obreros”.

A Joaquín Serrano las y los torreonenses le debemos la Alameda: “Si no fuera por la generosidad, la visión y el empeño de un empresario de la vieja guardia lagunera, no tendríamos Alameda”.

Muchas historias hay por contar de Torreón, la ciudad que venció al desierto.

PUNTO Y APARTE

De la nostalgia nos vamos a la realidad, y cito una frase del maestro Armando Fuentes Aguirre, “Catón”, en su columna De Política y Cosas Peores de este 3 de septiembre sobre el informe presidencial: “Hablar sobre lo que debería callarse, y callar sobre lo que se debería hablar. Las mañaneras son bla bla bla. Este informe, inusitadamente breve, fue nada más bla bla. Ha de preocuparnos el distanciamiento que existe entre el Presidente de la República y la realidad, o sea la verdad. Él mira triunfos donde hay grandes fracasos, avances donde se producen retrocesos, realizaciones donde hay solo apariencias…”.

La frase: Nos pasamos la vida esperando que pase algo, y lo que pasa es la vida…

Buen fin de semana, ¡ánimo!

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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