El efecto de las ondas expansivas provocadas por el triunfo de Morena en 2018, continúan ampliándose a todos los ámbitos de la vida pública.
Los contrapesos partidistas perdieron identidad, narrativa y militantes de 2018 a 2024.
Los organismos públicos, cuñas para acotar excesos del poder ejecutivo, como el INE y el INAI, fueron integrados al aparato estatal.
El CONEVAL, nuestro medidor de la pobreza del y evaluador de las políticas públicas para reducir la indigencia del mexicano, desapareció.
El Poder Judicial pasó al control del Ejecutivo y el Legislativo. En ese tránsito, nuestros Derechos Humanos fueron guillotinados.
Sin oposición real, Morena diseñó, paso a paso, un aparato de Estado a imagen y semejanza suya:
autoritario, opaco, nacionalista, propagandista, doctrinario y centralista; fortalecido, claro, por alianzas inconfesables. Tal, como sus raíces priistas lo aconsejaban en los años 50s.
En dicha tesitura, la columna vertebral de ese aparato de Estado morenista exige la concentración y la centralización del poder económico y político en la CDMX.
Si no, ¿cómo controlarán a sus propios gobernadores y a los de oposición?
En educación, este 2025, desaparecerá el proceso de descentralización educativa iniciado en 1978 y finalizado en 1992 para coordinar desde el centro el proceso de adoctrinamiento de los niños mexicanos a través de la Nueva Escuela Mexicana.
El SNTE será su aliado estratégico para lograr tal propósito.
El día de ayer, el senador y dirigente de dicho sindicato, Alfonso Cepeda, se afilió a Morena y se comprometió a integrar a 1.5 de los 2.5 millones de maestros para llegar a 5 millones con sus familiares.
El IMSS Bienestar concentrará el tema de salud: hoy, ya con 23 estados y un padrón de 9.5 millones de derechohabientes avanza en esa dirección.
En el plano sindical, más pronto que tarde, la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) de corte morenista, absorberá la CTM que incluye el Tazo (más o menos) Dorado de Tereso Medina, líder cetemista en Coahuila.
Como resultado del rechazo de la CTM a la reelección de Alejandro Moreno en 2024, Carlos Velasco, secretario de la CTM, dijo que “la central obrera no pertenece a ningún partido (y menos al PRI) porque ‘Alito’ es el nuevo ‘Don Perpetuo’”. (Continuará).
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