Si superó el impacto del título, lo invito a leer mis argumentos.
De entrada, observo esa intentona fallida a lo largo de 75 años, como una evasión de intermitencia eufórica de corte adolescente, ante la exigencia de asumir con responsabilidad autocrítica nuestras responsabilidades como laguneros.
Esa evasión presupone que ese Estado resolverá nuestros problemas por arte de magia. Pero no.
Por ello, más allá de ese pensamiento mágico que mezcla justificaciones históricas con datos duros para culpar de nuestro atraso a “otros”; analicemos nuestra realidad con sentido autocrítico: ¿Qué nos ha impedido dar continuidad al legado de nuestros ancestros? ¿En qué hemos fallado para honrar su memoria? ¿Por qué hemos sido incapaces de mostrar un frente unido –empresarial y ciudadano– contra las injusticias generadas por ese centralismo de Durango y Coahuila?
O, para amar a nuestra Comarca a través de una participación empresarial y ciudadana que haga de nuestra región un espacio sano y sustentable para futuras generaciones.
De crear el Estado soñado, ¿no replicarán los torreonenses ese mismo modelo centralista con los otros 19 municipios de ese Estado? ¿Cómo justificar lo contrario, cuando es una tendencia histórica en la formación del Estado moderno? ¿Sentimos y pensamos igual –respecto a ese tema– torreonenses, gomezpalatinos y lerdenses, por ejemplo?
O es sólo una suposición voluntarista. ¿Qué nos une más allá de la comida, la música y el Santos Laguna? ¿Existe realmente una identidad “lagunera” tan monolítica y homogénea?
Si somos una misma Región “Lagunera”, ¿porqué hemos sido incapaces de homologar leyes y reglamentos –con excepción de seguridad pública– y tener un IMPLAN con un sentido metropolitano?
Si fracasa esta intentona, apadrinada por Morena con jiribilla electoral, ¿quién se disculpará con los laguneros que abracen por enésima ocasión la creación de ese Estado?
¿Quién asumirá la responsabilidad ética y política por entusiasmarlos en vano, una vez más? Ante la fácil evasión, toca, antes, responder estas preguntas.
Nota: Este texto es responsabilidad única, exclusiva y total del autor, y ajena a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.