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Presidente fuerte, Gobierno débil

El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su Segundo Informe –compendio de 19 meses de Gobierno– en el contexto de una crisis sanitaria y económica sin precedente causada por el coronavirus. El País se encuentra además polarizado desde el poder y sometido a presiones internas y externas por el agotamiento de paradigmas. AMLO es reprobado en temas fundamentales de su agenda política, los cuales, sumados a otros factores, le permitieron ganar la presidencia abrumadoramente, de acuerdo con una encuesta de Reforma (31.08.20), uno de los grupos mediáticos más críticos de la Cuarta Transformación.

A pesar de la detención de un grupo de intocables (Emilio Lozoya, Rosario Robles, Alonso Ancira y Juan Collado), 41% de la muestra desaprueba la forma como el Presidente afronta la corrupción; 35% la considera positiva. En materia de combate a la pobreza, la calificación positiva baja un punto y la negativa sube uno con respecto al concepto anterior. La percepción en seguridad es 31% favorable y 43% contraria. La brecha se amplía en el manejo de economía, pues 28% lo considera bueno y 49% malo. Sobre la lucha contra el crimen organizado, 26% está a favor y 49%, disconforme.

El mayor apoyo ciudadano al Gobierno de AMLO es en educación: 43% observa avances y 32%, no. En temas de salud, uno de los más sensibles por la pandemia de coronavirus y la polémica en torno a su tratamiento, existe un virtual empate entre las opiniones negativas y positivas 37/38. Sin embargo, la mayoría (52%) aprueba la forma como el Presidente ha manejado la crisis, contra 45% que la reprueba. La opinión sobre si el Gobierno tiene bajo control el coronavirus está en consonancia con una realidad irrefutable en México y otros países: no (66%).

El impacto más fuerte se refleja en el bolsillo de las familias, pues 46% dejó de recibir ingresos –México ha perdido 1.1 millones de empleos formales desde el inicio de la emergencia sanitaria– 50% mantiene las mismas percepciones. Sin embargo, en su mayoría, los encuestados dijeron no haber recurrido a sus círculos cercanos en busca de préstamos, sufrido recortes salariales ni perdido su trabajo. Tampoco vendieron bienes para afrontar la situación ni se han visto obligados a cambiar de domicilio. En otros asuntos controvertidos, 51% aprueba la asignación de las principales obras de infraestructura de la 4T al Ejército; 42% está en desacuerdo.

En el caso de Emilio Lozoya, 57% lo toma como un distractor para las elecciones de 2021 –en las cuales AMLO y Morena se juegan el futuro de su proyecto social– y no una política para combatir la corrupción de manera frontal. Bajo el mismo criterio, 58% duda de que las acusaciones del exdirector de Pemex y exrecaudador de fondos para la campaña de Peña Nieto reduzcan a prisión a figuras relevantes del PRI y del PAN. El escepticismo es explicable después de sexenios de promesas moralizantes incumplidas.

La popularidad de López Obrador ha descendido, indudablemente, mas ¿por qué aun en medio de la pandemia, el desplome económico, la inseguridad y la persistencia de sus críticos, la mayoría todavía lo aprueba (56% según la encuesta referida, con un rechazo de 41%)? Varios factores pueden explicarlo: la austeridad y credibilidad del Presidente, la atonía de las oposiciones, el descrédito de los gobiernos del PRI y el PAN y los agravios de los expresidentes Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Peña Nieto. AMLO es un líder fuerte con un Gobierno débil.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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