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¡Qué Dios nos agarre confesados!

Parece ser que cuando los de Morena ejercen el poder que tienen es parte de la justicia social en tanto que cuando Trump ejerce el suyo, lo hace de forma espuria y sin autoridad moral para ello.

Morena es el partido hegemónico en el país, no hay duda de ello, tiene la presidencia de la república, la mayoría en ambas Cámaras legislativas y la mayoría de las gubernaturas del país, en pocas palabras, estamos a punto de convertirnos en un país de partido único, como lo fue México en la época del PRI.

Algunos morenistas se burlan de los llamados de lo que queda de los partidos de oposición a enfrentar el poder de su partido y a la burla añaden la arrogancia y la exhibición del poder que tienen. Lo ganaron parte en las urnas, parte en los organismos electorales y “convencieron” a 3 senadores de sumarse a la 4T , pero lo ganaron, no hay vuelta de hoja.

Por eso llama la atención la postura de esos mismos que con arrogancia proclaman su poder, cuando otro poder más grande que el de ellos aplica la misma fórmula que ellos a sus adversarios.

En cuanto Donald Trump amenaza con imponer aranceles a los productos mexicanos, así como con arrogarse la capacidad de enviar a su ejército para combatir a los cárteles de la droga en territorio mexicano una vez que fueron denominados como organizaciones terroristas, se rasgan las vestiduras y claman porque todos, miembros de su partido y sus adversarios, se unan a la presidenta Sheinbaum para enfrentar al extraño enemigo.

Parece ser que cuando ellos ejercen el poder que tienen es parte de la justicia social en tanto que cuando otros ejercen el suyo, lo hacen de forma espuria y sin autoridad moral para ello.

Morena desde su ascenso ha insistido en que está realizando un cambio de régimen político y que tiene el apoyo de la gente que votó por ese cambio, lo cual es cierto en parte, por ello llama la atención que cuando Trump intenta un cambio de régimen mundial, parece que no tiene “autoridad moral” para hacerlo.

No es mi intención debatir esto último, sino solo tratar de subrayar la postura que asumen, con dos caras, quienes hoy detentan el poder en el país.

No quieren entender, no es que no puedan hacerlo, que cuando se rompen las reglas asumidas por la sociedad, cuando se intenta un cambio de régimen, la situación se vuelve una cuestión de quién es el más fuerte y no de quién tiene la razón.

No cabe duda de que hoy el más fuerte, en relación con México, es el presidente de los Estados Unidos. Que las condiciones de la economía mexicana y su geografía, hacen que desde el punto de vista estratégico Trump seguramente impondrá sus condiciones.

No se trata aquí de una cuestión de moral o de deber ser, sino de poder, del mismo tipo de poder que ha llevado a uno de los más distinguidos miembros de Morena a pedir la pena de muerte para quienes no estén de acuerdo con ellos.

No podemos alegrarnos de lo que está sucediendo, para desgracia de todos, Trump busca subordinar los intereses de nosotros los mexicanos a los suyos, no necesariamente a los del pueblo norteamericano.

Si el actual gobierno no actúa con inteligencia y simplemente se envuelve en la bandera, ¡Qué Dios nos agarre confesados!

jpalacios@mobilnews.mx

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx

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Juan Palacios

JUAN PALACIOS es educador de profesión, periodista por vocación. Editorialista en La Moneda, ABC, El Porvenir y Radio Alegría, en Monterrey.