La mañana del 12 de diciembre de 1997, Saltillo despertó paralizado y caótico por una gruesa capa de nieve que lo cubrió durante la madrugada.
Todas las escuelas y muchos centros de trabajo suspendieron actividades.
Para no aburrirnos, mi amigo Rodolfo Pamanes pensó que sería buena idea sumarnos como voluntarios a la Dirección de Protección Civil que en ese momento encabezaba el ingeniero Heriberto Robles, papá de Selene, nuestra compañera de universidad.
Nos fuimos caminando desde el sur de la ciudad hasta el centro. Cuando el «Inge» nos vio entrar a su oficina peló los ojos y nos regañó ¡qué hacíamos con 12 grados bajo cero en la calle y con una nevada que no cedía!
A pesar de su negativa, insistimos lo suficiente y nos aceptó. Nos incorporaron a las brigadas de rescate: había muchas cobijas y colchonetas que entregar, decenas de personas que trasladar a refugios y hospitales, cientos de varados en carreteras a los que era necesario llevarles alimentos.
No dormimos en 48 horas.
A partir de ese día y por los siguientes dos años, el «Inge» Robles nos permitió ser parte de los grupos voluntarios de PC.
Alberto De La Rosa, otro de mis entrañables amigos, se unió al equipo unas semana después y ahí encontró una de las pasiones de su vida.
Ayudamos en incendios forestales, accidentes vehiculares e inundaciones.
Recorrimos los rincones de Coahuila para brindar apoyo en varias ocasiones. Nos tocó evacuar pueblos enteros y colaborar con el Ejército y su Plan DNIII… así anduvimos muchos kilómetros por las carreteras estatales.
El pasado 17 de diciembre el «Inge» emprendió otro viaje, el último.
Lo recordaré como el gran maestro de vida que fue.
Hasta luego querido amigo.
TRIBUTO A ELLAS
El pasado 21 de diciembre inauguramos un mural que visibiliza la lucha feminista contra la violencia de género. Rendimos tributo a tres mujeres coahuilenses que fueron asesinadas por feminicidas.