Si Andrés Manuel López Obrador pensaba que siquiera lo podrían tomar en cuenta en la selección de candidatos al Premio Nobel de la Paz, México tiene un problema mucho más grave de lo que pensábamos.
Cuando comenzó con su propuesta y luego la leyó en pleno Zócalo, se creyó que tenía dos razones: Cambiar el discurso anti TMEC y distraer a la opinión pública con una nueva ocurrencia.
Pero su tonito de novia burlada cuando en plena homilía le mencionaron que Vlodimir Zelenski había sido propuesto por el Parlamento Europeo para el Nobel de la Paz, causa preocupación.
Cualquiera que sepa un poquito de geopolítica —no mucho, poquito—identificaría como humorada la moción del macuspano, debido al lenguaje tirando caña y a la “tregua” sugerida.
“Habría que empezar por preguntarnos, si no se pudo evitar la guerra y si la ONU y los políticos de las principales potencias no fallaron de la responsabilidad de promover el diálogo”, dice la propuesta de AMLO.
Se atribuye a Horacio la frase: “Todos los tiranos de Sicilia no han inventado nunca un tormento mayor que la envidia”, y lo de menos fueron los celos, porque en México político y envidioso son sinónimos.
Pero como novia burlada que escupe: “No sé qué le vio a esa”, López con torpeza señala al presidente de la nación invadida por Putin, como «Uno de los actores de la guerra… (sic)”.
El hecho hace pensar que se ha agrandado al nivel que se piensa émulo de Alfonso García Robles y que cree que su propuesta es equiparable al trabajo de años por el desarme y las zonas libres de armas nucleares.
Mi visión personal es que Andrés Manuel López Obrador no tiene control sobre sus emociones, y no está en uso de sus facultades físicas o mentales.
Peor aún, quizá realmente cree que ocurrencias como “abrazos no balazos” o pedir respeto a derechos humanos de delincuentes felones, son muestras de que siente que practica en México una política pacifista.
¿Significa que la mala salud física: Hipertensión, angina pectoris, hipertiroidismo ya han provocado un cuadro de demencia senil y razonamiento y juicio están afectados?
Incluso si fue sólo vanidad, este nuevo disparate muestra que cuando termine la pesadilla de la Cuarta Transformación, muchos cambios deberá tener la Constitución para impedir otro obradorato.
Y sí, urge poner en tinta constitucional el deber de que el presidente y líderes de los poderes federal o locales tengan chequeos médicos y se informe públicamente su estado de salud física y mental.
También que existan procedimientos para relevarlos del cargo cuando la incapacidad física o mental les impidan hacer debidamente su trabajo, por el daño que pueden ocasionar.
Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx
EFRAÍN KLERIGAN
Fotógrafo, reportero, articulista desde 1970. Ha sido reportero local y articulista en periódicos y revistas de Ciudad de México, Coahuila, Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas. Como corresponsal ha trabajado con El Norte-Grupo Reforma, y como Stringer de AP, UPI, Telemundo, La Prensa, El Nacional, entre otros.