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Triunfalismo herido

El presidente López Obrador se ha mantenido en sus 13 pese a las críticas de analistas y medios de comunicación nacionales y extranjeros por las políticas populistas y los despropósitos de su Gobierno. AMLO culpa al pasado y al conservadurismo de los males del País: corrupción, impunidad, violencia, inseguridad, crisis del sistema de salud…, pero el incumplimiento de sus compromisos para erradicarlos ya le empieza a pasar factura. Empero, tres campañas presidenciales y la guerra sucia del PRI, el PAN y los grupos de poder, para impedir su ascenso, lo curtieron y le enseñaron a resistir y a eludir provocaciones.

Hace cuatro años en Sioux Center, Iowa, el precandidato Donald Trump fanfarroneó: “Podría pararme a mitad de la Quinta Avenida y disparar a la gente y no perdería votantes”. En México, las pifias y los tiros de AMLO contra la democracia, la división de poderes, el federalismo, la prensa y sus adversarios le han hecho “lo que en viento a Juárez”. Trump, cuya popularidad es de 49 por ciento (Gallup, Ifobae, 05.02.20), se enfila hacia la reelección, y su homólogo mexicano, quien perdió 19 puntos de aprobación entre marzo de 2019 y el mes actual, para situarse en 59 por ciento, busca volver a ganar el Congreso en 2021.

Peña Nieto entregó un país tan descompuesto, con grados de corrupción tan elevados y un enfado social tan profundo y generalizado, que los fracasos de la 4T podrían palidecer, pero algunos problemas son verdaderamente graves. La estrategia contra la violencia y el crimen organizado ha sido un fiasco. El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) registró 34 mil 582 homicidios dolosos el año pasado (2.5 por ciento más con respecto a 2018).

Los feminicidios repuntaron 10.3 por ciento e igual aumentó la trata de personas (12.6 por ciento) y el secuestro (3.5 por ciento). La extorsión se disparó 29 por ciento. La mayoría de los delitos son del fuero común, por lo que su investigación compete a las fiscalías estatales, pero es al Presidente a quien se exigen cuentas, más que a los gobernadores.

Para medir el compromiso de los mandatarios locales sobre el tema, AMLO presentó el informe, Quién es Quién en Seguridad, en diciembre. De acuerdo con el Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, los gobernadores panistas Francisco Domínguez (Querétaro) y Antonio Echevarría (Nayarit) faltaron a todas las reuniones de evaluación de 2019. Miguel Riquelme, de Coahuila, asistió a cuatro (Proceso, 17.12.19).

La sucesión de feminicidios en los últimos meses, entre ellos el de Fátima Cecilia, de 7 años, en Ciudad de México, y la insensibilidad de AMLO ante el clamor ciudadano contra la violencia de género y las demandas de justicia, han elevado el tono de la protesta social. La respuesta fue la marcha del 8 de marzo y el primer paro nacional femenino del 9 bajo el lema “¡El nueve ninguna se mueve! #Undíasinnosotras”. El movimiento inició en Islandia en 1975 junto con la proclamación del Año Internacional de la Mujer.

En la conferencia mañanera del 25 de febrero, AMLO reiteró su respeto a las mujeres y a la libre manifestación, pero también pidió atender las causas del fenómeno: “Los problemas de feminicidio y de violencia se originan por la pobreza, la desintegración de las familias, el abandono de los jóvenes”.

También ironizó: “los conservadores se volvieron feministas y nosotros machistas”.

Este texto es responsabilidad única, total y exclusiva de su autor, y es ajeno a la visión, convicción y opinión de PorsiAcasoMx.

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