Entra Claudia a la arena MGM Grand Arena de Las Vegas envuelta con un sarape de Saltillo, pantaloncillos cortos con el grabado de la bandera mexicana en la parte trasera y un par de guantes que llevan un estandarte con la efigie de la virgencita de Guadalupe. Llega, como el bulto llamado Canelo Álvarez, con Santa Fe Klan, el Cartel de Santa y Peso Pluma que cantan -desgañitándose a ritmo de rap- “Soy mexicano esa es mi bandera/ Yo la levanto por donde quiera/ Verde blanco rojo hasta que muera/ El barrio prendido ya quemo afuera”.
El público, mayormente mexicano y latino, la vitorea. Cuatro asistentes la ayudan a subir al ring porque le tiemblan las piernas; mientras el quinto le limpia el sudor de su frente.
En ese momento entra Trump a la arena acompañado por fuegos pirotécnicos que estallan en los cielos con los colores de la bandera de los Estados Unidos. “YMCA” la canción del grupo Village People de los años 70s, común en su campaña electoral, resuena en 300 bocinas colocadas de manera estratégica en la arena: “Hombre joven (blanco de clase trabajadora), estás escuchándome/ Te digo…puedes llegar a lo que quieras ser/ Te digo, joven, puedes hacer realidad tus sueños…”
Trump viste una capa real dorada con cuello de piel de conejo blanca. Sus pantaloncillos plateados tienen una frase inscrita en las posaderas: “Trump Power”. Brinca al ring de un salto, a pesar de sus 78 años a cuestas. Mientras las mentadas de madre de la fanaticada compiten para hacerse escuchar entre la música del grupo Village Voice.
El presentador anuncia a los dos contendientes de la noche: “En esta esquina está la boxeadora mexicana Claudia S. descrita por sus propios integrantes del gabinete legal como una mujer, carrizo quebradizo, amarillo pálido, movido por el simple soplo del llamado Peje, su mentor y avatar.
En la esquina contraria está Don Trump, fuerza de la naturaleza y azote de las mujeres. Es un hombre que quebranta las normas de la sociedad hasta orinarse en ellas, con tal de consumar su sueño imperialista y expansionista en el mundo.
“Los golpes bajos, mordidas, escupitajos o pellizcos no están permitidos en los 12 rounds de la pelea”.
Inicia la pelea, Claudia, por el temblor de sus piernas, apenas puede mantenerse erguida. Trump la mira con desdén; en ese momento, a una distancia de tres metros, éste abanica un golpe cuyo viento tumba a la pobre Claudia al instante. La fanaticada ruge con tristeza. Santa Fe Klan, los miembros del Cartel de Santa y Peso Pluma no lo pueden creer y le gritan desesperados desde “ring side”: “¡Chingados! ¡Levántate morra, que el barrio te respalda!
El referee cuenta, uno, dos, tres hasta diez y levanta el brazo a Trump.
Éste hace a un lado al cuerpo médico que atiende a Claudia y le dice al oído: “Good girl, no aguantáste ni una cachetada. Pero actúaste bien tu papel de sometida y subyugada. Te daré un mes para que demuestres que tu claudicación es real.
“Pondré en pausa la imposición de aranceles a tu país sí demuestras tres cosas: una lucha frontal contra el tráfico del fentanilo, un bloqueo inmediato a la migración con la aceptación incondicional de los deportados -de todas las nacionalidades- que enviaré a tu país y tu alejamiento puntual de China como socio comercial”.
Hoy, aviones RC-133 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobrevuelan espacio mexicano; mientras aviones espías Boeing RC-135 Rivet Joint lo hacen sobre la península de Baja California.Tres embarcaciones de la Marina de EE. UU., incluido el portaviones USS Nimitz, fueron localizadas cerca de las costas de Ensenada, Baja California.
Elementos de la SEDENA y de la Guardia Nacional aseguraron 21 armas de alto poder, 320,000 cartuchos de distintos calibres y gran cantidad de cargadores en San Luis Río Colorado, Sonora.
Las Fuerzas Especiales de la Defensa, la secretaría de Marina, la fiscalía general de la República (FGR), la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) capturan en Nuevo Laredo a ‘El Ricky’, capo que ordenaba ataques contra Fuerza Civil
10 mil efectivos de la Guardia Nacional y el Ejército reforzarán la seguridad en la frontera norte de México con Estados Unidos para detener el flujo de fentanilo, otras drogas y la inmigración ilegal hacia los Estados Unidos.
Claudia sin recuperar el conocimiento, con asistentes personales y personal médico preocupados, imagina escuchar estas palabras de Trump: “Sí no detienes la migración y al narco Claudia, llegarán los aranceles. No es una negociación. Es una orden”.
Muy a lo lejos, Claudia sueña escuchar en tono muy suave esta estrofa: “Soy mexicano esa es mi bandera/ Yo la levanto por donde quiera/ Verde blanco rojo hasta que muera/ El barrio prendido ya quemó afuera”.
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