Linares, un pueblo modelo sin las odiosas divisiones sociales, propuesta de la Sociedad «Amigos del Progreso», antecedente primario del Casino Linares.
Pero si este adelanto en lo que representa a mejoras materiales, llena de dulce satisfacción haciendo despuntar entre nuestros ojos la risueña aurora de un dichoso porvenir, nos es mucho más grato todavía acariciar la consoladora idea de que unidos los linarenses, todos en un mismo pensamiento y abrigando un mismo deseo, desaparezca para siempre la tal cual división social, que cual amargo fruto haya podido desgraciadamente producir el árbol envenenado de políticas cuestiones, y vuelva Linares a ser como en otro tiempo un pueblo modelo de unión y fraternidad entre sus nobles y generosos hijos.
Tan plausible idea surgida a nuestra mente por el bello espectáculo que presentaban los linarenses, alegres y fraternalmente reunidos aquella noche sin distinción de colores políticos ¿Será sólo un buen deseo?
Alguien tal vez así lo crea, nosotros por el contrario esperamos confiadamente que llegue a ser una realidad. Y que esta dichosa realidad vendrá a formar la más brillante corona de la sociedad «Amigos del Progreso».
Así se expresaban unos jóvenes del ambiente que privaba en Linares ese año de 1879, en que llegaba al Gobierno del Estado el Lic. Viviano L. Villarreal.
LA FUENTE DE HIERRO BRONCEADO, AHÍ SIGUE FRENTE A LA CATEDRAL DE LINARES
Es bueno conocer su origen. 1879.
Con el apoyo económico del propio Gobernador del Estado, la sociedad «Amigos del Progreso» adquirió una hermosa fuente de hierro bronceado, que se hizo venir desde Nueva York, para ser colocada en la Plaza Principal.
Su importe fue de 6 a 7 mil pesos oro, y la cual se movería trayendo el agua del Río Hualahuises, para lo que se autorizó una naranja de agua, sin perjuicio de la toma de agua de Hualahuises y de la Hacienda de «Camacho».
En diciembre de 1880 nuevamente la naturaleza se ensaña con el buena gente de Linares: cayó una fuerte helada que acabó por completo con la caña de azúcar, que no servirá ni para hacer piloncillo de la peor calidad.
Antes del amanecer de ese 31 del mes último comenzó a congelarse la lluvia con abundancia, habiendo continuado así hasta la noche, en que con motivo de limpiarse la atmósfera cayó una helada tan fuerte que aún dentro de las casas se convirtió en hielo el agua que se conservaba para el uso doméstico.
El ánimo del pueblo no fue vencido y esos cuatro primeros años de la década de los 80s fueron pródigos en obras que embellecieron la ciudad: arreglo total de la Plaza Principal, todos los vecinos contribuyeron con tierra para rellenar el enbanquetado, sembrar árboles de ornato e inaugurar la fuente de hierro bronceado con toda pompa y con la presencia del propio Gobernador, Canuto García.